Historia
César Sánchez
08/08/2018 - 12:05

Medalla presidencial: una herencia de Bolívar con un valor incalculable

La medalla presidencial fue un regalo realizado al presidente Simón Bolívar en 1825 y heredada por el Libertador a Bolivia tras su muerte.

La medalla presidencial es una joya de incalculable valor histórico.

La medalla presidencial, que fue robada la noche de este martes en las afueras de un lenocinio de la ciudad de El Alto, tiene un “valor incalculable” tanto monetario como histórico, según destacaron diversos historiadores tras conocer el hecho.

La medalla presidencial fue un regalo realizado al presidente Simón Bolívar en 1825 y heredada por el Libertador a Bolivia tras su muerte.

"Es mi voluntad que la Medalla que me presentó el Congreso de Bolivia a nombre de aquel pueblo, se le devuelva como se lo ofrecí, en prueba del verdadero afecto que aun en mis últimos momentos conservo a aquella República", escribió Bolívar en su testamento, firmado en 1830.

La medalla está engastada en una orla de diamantes que forman dos ramas de laureles  coronada por una moña. Los diamantes fueron comprados a la marquesa de Santa María de Otavi y la joya tuvo un costo total de 8.000 pesos a ocho reales, añade, por su parte, la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí.

“El valor monetario de esta pieza es incalculable pues vale tanto como la dignidad nacional. La medalla presidencial es una pieza que resume lo que fue el nacimiento de Bolivia, basado en la plata de Potosí, y lo que devino posteriormente en su historia. Quitarle al país esa joya es tanto como arrebatarle su alma”, añade dicha Sociedad potosina.

Por su parte, el expresidente e historiador, Carlos Mesa, asegura que la medalla presidencial robada es la original que devolvió Bolívar, solo con pequeñas modificaciones.

“Comenzaré por afirmar categóricamente que es falso que esta no sea la medalla original. Dos tasaciones la de 1926 y 2002, realizadas por expertos certificaron la autenticidad de la medalla. El único elemento que fue sustituido fue el reverso de la medalla original cuando pasó a propiedad del Mariscal Santa Cruz, cuando le fue otorgada por el Congreso. En 2002, sobre un troquel existente en la Casa de la Moneda, se repuso la leyenda original del reverso. El reverso sustituido y la cadena antigua, no original (de bisutería) han quedado en la bóveda del Banco Central. Eso es lo único que encontrarán en la bóveda del BCB”, señala Mesa.

Y añade que “ningún otro país americano confiere a la magistratura presidencial un atributo especial y específico”, tal como la medalla presidencial.

En suma, son 65 los presidentes que portaron la joya, aunque algunos no pudieron lucirla por distintas razones y en otros casos hubo anécdotas memorables como la del fallecido expresidente Hernán Siles Zuazo, a quien le colocaron la medalla al revés.

Los documentos históricos indican que fue el penúltimo presidente de facto, Celso Torrelio Villa, quien tildó a la medalla como ‘q’encha’ (de mala suerte) y evitó usarla.

La última tasación de la medalla se hizo el 23 de enero de 2002 por encargo del presidente Jorge Quiroga Ramírez y el documento se guarda en el Palacio Quemado.

En ese entonces se denunció que varias de las piedras habían sido cambiadas o se habían perdido con el paso de los años y los joyeros Jorge Guzmán y José Galindo hicieron el trabajo de restauración de la presea presidencial que luego fue tasada en 284.815,20 dólares, aunque ambos especialistas coinciden en que el valor real es incalculable.

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