El ministro de Gobierno, Carlos Romero, realizó una evaluación de la jornada de celebración de los 193 años de la independencia de Bolivia, en la ciudad de Potosí, y aseguró que existe "tranquilad". Por el momento, se han reportado algunos incidentes entre opositores y movimientos sociales.

"De acuerdo con el informe del comandante general de la Policía Boliviana, la situación está bajo absoluto control, algunos diputados mandan algunos estribillos desde el palco, pero nada que tenga que preocuparnos, por el contrario, es una fiesta de mucha convicción patriótica", dijo Romero en contacto con la Red Patria Nueva.

Después de terminada la sesión de honor de la Asamblea Legislativa, comenzó el desfile por el 6 de agosto, encabezado por el presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera, quienes se ubicaron en el balcón de la Gobernación del Departamento de Potosí, luego desfilaron trabajadores de instituciones públicas y privadas, representantes de organizaciones sociales.

En las calles por la que pasaba el desfile había un fuerte control policial, y se registraron empujones, roces que no derivaron en detenciones, en el recorrido se escucharon gritos de "Bolivia dijo No" y pedidos de que se respete el resultado del referendo del 21F.

El político opositor, Samuel Doria Medina denunció, a través de su cuenta en Twitter, que la Policía trató de impedir su participación en el desfile, "patearon mujeres y nos gasificaron; pero con el respaldo de la población ingresamos. Nos tienen miedo, porque el Bolivia Dijo No fue unánime en las calles de Potosí", escribió.