Raúl García niega conocer el Club Los Sargentos, dice que no es pobre y descalifica a sus críticos
“No me parece relevante ir o no a un club, se llamen los Sargentos, Automóvil club, Tenis club, Country club, Club social, etc”, dice Raúl García Linera en un artículo publicado este lunes y en el que asegura que no conoce ni ha entrado en el club Los Sargentos y dice que él no es una persona pobre ni dispendiosa.
La Paz, 11 de agosto (Oxígeno).- Raúl García Linera publicó este lunes, desde su cuenta en Facebook, una respuesta a las críticas que surgieron luego de que se conoció que la empresa Toyosa pidió para él y su esposa, Silvia Alarcón, los beneficios que se ofrecen en el club hípico Los Sargentos. El hermano del vicepresidente Álvaro García Linera niega que haya ingresado alguna vez a dicho club o a otro del país, pero apuntó que el “creer que solo debe ser de los culiblanquitos” revela la escasa comprensión del proceso de la descolonización.
“No me parece relevante ir o no a un club, se llamen los Sargentos, Automóvil club, Tenis club, Country club, Club social, etc”, dice Raúl García Linera en un artículo publicado este lunes y en el que asegura que no conoce ni ha entrado en el club Los Sargentos y dice que él no es una persona pobre ni dispendiosa.
Como prueba de la relación entre el Gobierno, García Linera y Toyosa, Arturo Murillo, candidato por Unidad Demócrata, presentó una carta donde el vicepresidente de Toyosa, Gerónimo Meleán, solicitó el 5 de septiembre de 2013, a Milenka Dávalos, Gerente del Club "Los Sargentos", que incluya a José Raúl García Linera, hermano del vicepresidente Álvaro García, y a su esposa Silvia de Alarcón Chumacero como miembros beneficiarios de Toyosa.
Luego de aquello, hubo diferentes reacciones, entre ellas las del oficialismo, la oposición, actuales candidatos, columnistas, líderes de opinión pública y periodistas. En su artículo de respuesta, llama a los críticos tribilines y marranos.
En su defensa, quien fuera militante del Ejército Guerrillero Túpac Katari da a conocer sus argumentos. “Creo necesario hacer un par de aclaraciones a la gente que estimo y respeto, pues en el resto me estornudo”, dice García Linera en un artículo en el que se diferencia de los “izquierdistas de cafetín”, explica cuál es el sentido de la revolución que defiende, incluyendo el proceso de descolonización, y dice que no es una persona pobre.
“Me precio de nunca haber sido izquierdista de cafetín muy en boga hace tres décadas, una izquierda que se llenaba la boca de revolución tomando café, fumando un pucho y no siempre de tabaco y proclamando las cosas que debería hacerse para enfrentar a poder fascista y el imperialismo. Para ellos la praxis se evidencia en no tomar coca cola para destruir el imperialismo, por ello toman el whisky con agua, no vestir muy formal para mantener el cache irreverente y, al parecer, el no asistir a club privados”, señala Raúl García.
Según el hermano del vicepresidente, la revolución no es la eliminación física de los burgueses, sus casas y los lugares que frecuentan, sino la desestructuración de las relaciones sociales que constituyen la condición de opresión y explotación. Asegura que el capital “no es la lucha de los pobres contra los ricos” ni la acumulación de recursos monetizables; por el contrario, es “el trastrocamiento de estas relaciones y la construcción de nuevas relaciones de producción”.
De acuerdo con el escrito, no puede concebirse una revolución _la que estaría en marcha desde el Estado_ sin una victoria militar contra quienes militarmente defienden el orden social de explotación existente, lo que es posible con condiciones objetivas y subjetivas.
Así, a partir de ese contexto, García Linera llama tribilín a Agustín Echalar, columnista de Página Siete, quien este domingo publicó un artículo titulado “De clubes y principios”: “El arrimamiento de don Raúl García Linera a un club ecuestre bastante exclusivo de la zona Sur de La Paz me ha parecido muy grotesco. (…) me llama la atención la falta de consecuencia de esta importante persona del partido de Gobierno”.
En otro punto, Echalar apunta: “No es verdad eso de que el poder no cambia, que éste sólo desenmascara. (…) Después de ocho años creo que mucha de la gente del Gobierno ya no se puede reconocer a sí misma, y eso es, ante todo, una alerta importante -para ellos digo-, porque dejar de ser lo que se era es traicionar el famoso proceso de cambio
“Cuando un tribilin como el señor Agustín Echalar, se llena la boca de sandeces que con dificultad rebuzna, uno se siente molesto. Dizque pretende juzgar lo que hice en mi vida desde un parámetro de mequetrefe bien intencionado, cuando en realidad lo que hace es alquilar su pluma en defensa de su ex-conmilitón y actual amigo”, responde García, quien le invita a leer a autores que trabajan en el concepto de colonialidad.
“El creer que ello solo debe ser exclusivo para sus amigos culiblanquitos solo revela su tan evidente poca comprensión de lo que implica este proceso en el ámbito de la descolonización. El señor sigue añorando los tiempos que podía pavonearse en eventos y recepciones con su amigo Oscar Eid”.
El hermano del vicepresidente también menciona a la periodista Mery Vaca, quien hizo un comentario sobre este tema un programa que se difunde en Cadena A. Ella “considera un atropello a la razón que alguien como yo pueda concurrir a un club tan privado como los sargentos, creo que detrás de ello no hay más que un deseo insatisfecho y en verdad no es mi culpa”, responde.
García Linera también responde a la periodista Amalia Pando, quien tiene un programa de radio Erbol en el horario estelar de la mañana, de lunes a viernes.
“El caso de doña Amalia Pando que se llena la boca de excremento y bronca contenida de troska fracasada, me indilga todo lo que pueda ocurrir en el país y también lo que nunca ocurrió”. Quien fuera miembro del Ejército Guerrillero Túpac Katari dice que la periodista quedó dolida con él, “desde que la acuse de encubrir el asesinato de tres guerrilleros del CNPZ en el caso Lonsdale dirigido por su amigo Carlos Valverde, además de ocultar el paradero de Álvaro, Raquel, Macario, Víctor y Silverio durante los cinco días que fueron sometidos a tortura”.
Finalmente, en el artículo asegura que no es una persona pobre. “Somos una familia de ingresos medios y vivimos en esas condiciones: vivo en Bajo Llojeta en un departamento amplio y bonito en anticrético, mi compañera Silvya trabaja en la U, tiene un doctorado en ciencias sociales, tenemos una vagoneta, mis hijos van al Kurmi wasi, no pasamos necesidad y no somos dispendiosos. Así fuimos, así somos y así seremos porque así concebimos la vida”.