El expresidente de Bolivia, Carlos Mesa, aseveró ayer que los gritos del ‘Bolivia dijo No’ se está convirtiendo en un karma y un fantasma para el Gobierno presidido por Evo Morales.

“Es un proceso de construcción porque al poder no le gusta la libertad, no le gusta la verdad y no le gusta escuchar lo que no quiere escuchar. El ‘Bolivia dijo No’ se está convirtiendo en un karma, en un fantasma para el Gobierno”, señaló en un conservatorio organizado por la Fundación para el Periodismo.

El 'Bolivia dijo No' es el lema que han acuñado activistas políticos y gente que se opone a una repostulación del presidente Evo Morales después de que el 51% de la población rechazara modificar la Constitución para ese fin en un referéndum constitucional desarrollado el 21 de febrero del 2016.

Por otro lado, Mesa también reiteró que el Gobierno busca demoler su imagen como político, a pesar de que ya anunció que no sería candidato en las elecciones presidenciales del 2019, con el caso Quiborax.

“(El caso Quiborax) tiene que ver con la responsabilidad de quienes no supieron defender los intereses del Estado, tratar de pasármela a mí y cargarme -para ponerlo en términos populares- el muerto sobre una responsabilidad que yo no tengo”, afirmó, después del acto, a la ANF.