La liberación de las exportaciones de soya y sus derivados llevó a un conflicto entre los productores del grano y los avicultores que compran la harina de soya y que rechazan el incremento en el precio que trae la liberación de este producto.

El diálogo entre los sectores se rompió pues los avicultores rechazan el incremento en el precio de la misma. “Existe una soya con precio muy elevado y eso es lógico pensar que el precio suba por la exportación, pero se tiene que ver la demanda interna, para el año pasado el precio era de 262 dólares la tonelada y ahora pretenden subir a 342 dólares la tonelada”, manifestó el dirigente Winston Ortiz y añadió que el sector se declaró en emergencia e incluso analiza medidas como subir el precio del pollo o cerrar granjas.

Por su parte, Marcelo Pantoja, de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginiosas (Anapo) instó a llegar a un consenso pues considera que la liberación de las exportaciones no puede frenarse por un sector ni se puede trabajar con subvenciones. Asegura que el precio fue establecido en base a un cálculo hecho por el gobierno nacional, en función a parámetros del mercado internacional y que es 281 dólares,; lo que él considera justo y equilibrado.

El Presidente y los empresarios privados acordaron la exportación irrestricta de soya y sus derivados, pero para que se pueda emitir un decreto debe haber un consenso sobre el precio de la misma.