Choquehuanca propone que ONU determine cuál es la naturaleza de las aguas del Silala
Choquehuanca reiteró que las aguas del Silala nacen de un manantial boliviano y recordó que el Gobierno invitó a Chile y expertos de la ONU a realizar un recorrido por esa región para constatar esa hipótesis.
La Paz, 17 de julio (ABI).- El Canciller David Choquehuanca propuso el jueves por la noche que expertos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) acompañe a Bolivia a determinar cuál es la naturaleza de las aguas del Silala, ubicadas en la región fronteriza de Quetena Chico, en el departamento andino de Potosí.
"Lo que tenemos que hacer es determinar la naturaleza de las aguas y nosotros estamos dispuestos a ir con cualquier experto entendido en la materia de Naciones Unidas que nos puedan acompañar y determinar la naturaleza de las aguas del Silala", dijo a los periodistas.
Choquehuanca reiteró que las aguas del Silala nacen de un manantial boliviano y recordó que el Gobierno invitó a Chile y expertos de la ONU a realizar un recorrido por esa región para constatar esa hipótesis.
El Canciller aseguró que esas aguas nacen de al menos 70 ojos de agua.
"Yo estoy seguro de que los expertos de las ONU van a anotar, es como el cacho (juego de dados), lo que se ve se anota. Entonces ahí tenemos 70 ojos de agua, estos ojos de agua fluyen las aguas del Silala", sostuvo.
Se trata de agua de bofedal, altamente mineralizada, pasada por procesos de liofilización y pirogenización, que emerge a la superficie de las montañas bolivianas que lindan con las de Chile, en la frontera común, en los Andes sudamericanos.
Ese bien forma parte de la carpeta de disputas que La Paz y Santiago, signada por la centenaria demanda marítima boliviana, ahora bajo la tuición de las Corte Internacional de Justicia, mantienen hace décadas.
Bolivia reclama a Chile el pago por 14.000 litros segundo que, desde 1906, bajan por un sistema artificial de acueductos desde sus manantiales del Silala, en el sureño departamento de Potosí, a la ciudad de chilena de Arica, y que desde los años "70 sirven a la producción de Chuquicamata, la mina de cobre a tajo abierto más grande del mundo en el norte de Chile y puntal de su erario público.
Producto de un contrato entre privados para alimentar locomotoras a vapor, que data de principios del siglo XX, poco después de firmado el Tratado de Paz y Límites de 1904 que dejó a Bolivia mediterránea, Chile se ha negado sistemáticamente a reconocer el pago por el agua que consume.
Chile alega que se trata de agua de curso sucesivo, es decir río internacional. Bolivia defiende la convicción de un manantial en su territorio.
Morales mando a fabricar 42.000 botellas con agua del Silala que obsequió a los visitantes internacionales en la cumbre del G77 + China de Santa Cruz.