El presidente Evo Morales junto a la ministra de Salud, Arianna Campero, inauguraron la introducción de la vacuna contra el papiloma humano. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda su aplicación, ha causado polémica en todos los continentes, donde se han creado organizaciones que presentaron demandas por las consecuencias adversas que han experimentado las niñas vacunadas.

El gobierno boliviano se propone vacunar a 320.000 niñas de entre 10,11 y 12 años de edad, para prevenir que contraigan cáncer cervico uterino en su vida adulta. Para lograr este objetivo, invertirá 30,9 millones de bolivianos este año.

La ministra Campero explicó que se administrarán  dos dosis, la primera en abril y la segunda en octubre; agregó que la vacuna protege de las cepas 6,11, 16 y 18 del virus del papiloma humano e incluso de las verrugas genitales; enfermedades que se transmiten por vía sexual. 

Según la autoridad: "En Bolivia entre dos a tres mujeres mueren el día por este cáncer", en el acto, el representante de la OMS, Fernando Leaños, afirmó que la "Esta es la tercera vacuna que está llamada a salvar una gran cantidad de vidas”.

PELIGROS

La vacuna que comenzarán a recibir las niñas bolivianas desde los 10 años ha sido motivo de polémica en todos los continentes, especialistas médicos aseguran que no se ha comprobado que sea efectiva, aunque tampoco existe la evidencia de que genere consecuencias graves.

En España, desde el 2009 existe una Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma que aseguran que tienen centenares de denuncias por reacciones adversas a la vacuna y tres casos de presunta muerte. Han presentado una acción ante la Agencia Europea del Medicamento para pedir un estudio sobre todos los casos.

Según informe del Departamento de Salud de Estados Unidos, hasta el 1 de agosto de 2014 el Sistema de Reportes sobre Eventos Adversos de Vacunas (Vaccine Adverse Event Reporting System, en inglés) recibió 151 denuncias por efectos adversos a la vacuna y 71 personas afectadas fueron compensados económicamente.

En Chile, existe un movimiento Anti Vacunación, en el que padres se oponen a que sus hijas sean vacunadas por los efectos secundarios de la vacuna. Desde el 2014, han presentado 10 recursos de protección para evitar la administración de la dosis en las escuelas y exigen el derecho de decidir sobre la salud de sus niñas.

En todos los países en los que se ha introducido la vacuna se ha creado una asociación de víctimas que reportan efectos adversos, pero la OMS sigue apoyando la aplicación de la vacuna, aunque la recomienda solo si es “viable en términos programáticos y sostenible económicamente, y se haya analizado apropiadamente la costoeficacia de la medida”.