El presidente de EE UU, Barack Obama, rindió homenaje a los cerca de 140.000 muertos que dejó la primera bomba atómica que lanzó su país. En la ceremonia estuvieron varios hibakusha, los supervivientes; en su discurso, Obama no pidió disculpas, pero enfatizó en la importancia de aprender de los errores para evitar nuevas guerras.

Lo acompañó el primer ministro japonés, Shinzo Abe, el presidente estadounidense depositó una corona de flores ante el cenotafio y guardó unos segundos de silencio.

“En una mañana clara y sin nubes, la muerte cayó del cielo y el mundo cambió”. Había amanecido la era nuclear, y se había demostrado que “la humanidad tiene los medios para autodestruirse”, comenzó Obama. “¿Por qué hemos venido a este lugar, a Hiroshima? Venimos a meditar sobre una terrible fuerza liberada en el pasado no tan distante. Venimos a rendir homenaje a los muertos”. “Sus almas nos hablan, nos podemos que miremos para dentro, que analicemos quiénes somos”.

¿POR QUÉ OBAMA VISITÓ HIROSHIMA?

Ambos países han presentado el viaje de Obama como la confirmación de una alianza firme y un paso hacía la desnuclearización del mundo. Ambos Gobiernos han enfatizado que se quieren centrar en el presente y el futuro, no desenterrar el pasado.

Entre los partidarios del desarme nuclear, destacan los que esperan que la visita de Obama dé un nuevo impulso a un debate estancado. Pero hay otros que ponen en duda que Obama haya hecho mucho por el desarme y señalan que ha aumentado el gasto para modernizar el arsenal nuclear estadounidense. 

El gobierno norteamericano asegura que ha conseguido logros concretos, como un nuevo acuerdo de control de armas nucleares con Rusia  y el acuerdo nuclear con Irán.