Antes de concluir su último mensaje como presidenta de Brasil, Dilma Rousseff  pidió a los brasileños que se mantengan movilizados y en alerta para luchar por la democracia.

"Manténganse movilizados, unidos y en paz. La lucha por la democracia no tiene fecha de fin, necesita de nuestro compromiso constante. Siempre vale la pena luchar por la democracia. Jamás vamos a desistir”.

Las primeras palabras de Rousseff al enterarse de que fue apartada del cargo por 180 días, fueron para denunciar ‘un golpe’. En ese lapso será procesada por ‘maquillar’ fondos públicos durante su mandato.

“Yo fui electa por 54 millones de brasileños. Ahora, con este juicio en mi contra, lo que está en juego es el respeto a las urnas, a la voluntad soberana del pueblo de Brasil, a la Constitución. Están en juego las conquistan de los últimos 13 años”, aseveró.

Respecto del impeachment, la mandataria aseguró que es "fraudulento, un verdadero golpe". "Desde que fui electa parte de la oposición pidió recontar los votos, intentó anular las elecciones y después pasó a conspirar abiertamente en mi contra”.

"El único objetivo es tomar por la fuerza lo que no conquistaron con las urnas", advirtió la presidenta, que además aseguró que está en juego "el futuro del país". "No cometí crimen, no tengo cuentas en el exterior, no recibí coimas, jamás fui corrupta", se defendió la jefa de Estado.