La Paz, 05 de febrero (Oxígeno).- El presidente Evo Morales dijo este viernes que desconocía que su expareja Gabriela Zapata Montaño era parte de la empresa china CAMC, que cuenta con siete contratos millonarios con el Estado. Dijo que rompió su relación en 2007 y que recién hoy supo qué fue de la vida de ella.

La respuesta se dio ante la denuncia que el periodista cruceño Carlos Valverde hizo el miércoles por la noche sobre un presunto caso de tráfico de influencias en siete contratos del Estado.

“Recién me informa que esta señora trabaja en esta empresa”, dijo el mandatario. Explicó que no existió ningún caso de tráfico de influencias, porque el Gobierno   y la empresa china se encuentran en un juicio.

El jueves por la noche, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, explicó que el Estado suscribió siete contratos por un valor de 566 millones de dólares en distintas áreas.

Dijo que entre esos siete contratos uno de  por 164 millones  de dólares referido a la construcción de un tramo del ferrocarril Bulo Bulo – Monterno fue incumplido por CAMC, por lo que el Gobierno activó un proceso penal y ejecutó la boleta de garantía equivalente a Bs 50.551.940.

Morales también se refirió al caso: “Si fuera tráfico de influencias, no estaríamos ejecutando la boleta de garantía, ni sabía (que Gabriela Zapata trabaja en esa empresa)”, dijo el mandatario.

De acuerdo a datos proporcionados por Quintana, los contratos con la empresa china datan incluso a 2011, es decir, dos años antes de que Zapata comience a trabajar como gerente comercial.

La CAMC se adjudicó parte del ingenio azucarero de San Buenaventura cuyo costo es 263 millones de dólares. Asimismo, cuenta con tres contratos en el proyecto sobre sistemas de comunicación para la distribución de energía eléctrica, un vertedero e instrumentos de medición. Esos tres contratos hacen un monto de 58 millones de dólares.  El proyecto Misicuni en total tiene un costo de 335 millones de dólares.