USA, y la OTAN se benefician de la guerra;usan al petróleo como arma estratégica
El sociólogo boliviano residente en Estados Unidos Guido Peredo publica un artículo en Oxigeno.bo sobre los temas que los gigantes de la prensa mundial no tocan de la guerra contra el terrorismo. Hacen uso del efecto avestruz. Plantea la hipótesis de que protegen los intereses de las gigantes empresas interesadas en explotar el petróleo de la zona más violenta del mundo. Y aborda el caso de la matanza en Ghouta, donde los rebeldes sirios aprovisionadas por la OTAN provocaron una matanza con gas sarin.
Washington, 10 de enero (Guido Peredo, especial para Oxígeno).- USA y la OTAN bombardearon 7 meses y 11 días al pueblo libio. El costo humano fue incalculable; miles de civiles muertos en su mayoría fueron niños y niñas; que sumados a los 7,6 millones de refugiados que hoy escapan de Siria y Libia hacen de la ‘primavera’ árabe un infierno para miles de inocentes. De Siria, a Libia y de Irak a Ucrania las ‘casualidades’ superan lo imaginación. La OTAN, Turquía, Arabia Saudita, Qatar y Kuwait financiaron, junto a Estados Unidos, esta guerra inhumana en Siria, con el mismo discurso mesiánico que motivó la invasión a Irak. Queda claro, entonces, quién manda en el mundo y quién impone el desayuno mediático.
La prensa es cómplice de los crímenes en Ucrania y Yemen; también en Afganistán y Bahréin, porque la propaganda cocinada en el Departamento de Estado y en los servicios secretos ingleses y franceses no se somete a los ‘filtros’ que el buen periodismo exige. ¿Qué motivaron estas guerras? ¿Quién se beneficia con ellas? ¿cómo y cuándo se inició esta ‘cruzada contra el terrorismo’? …y finalmente… ¿dónde y por Qué se las financian? Estas son preguntas que el periodismo debía responder. Pero nada.
Estados Unidos y la OTAN contrataron a mercenarios de Al Queda, rebeldes chechenos, marroquíes, y cientos de otros milicianos radicales para apoderarse de las mayores reservas petróleo del mundo. El objetivo era controlar el precio del petróleo y usarlo como arma geopolítica. La misión y la agenda se han cumplido gracias al periodismo bastardo que navega en las redes sociales y que practican los ‘grandes’ medios.
Veamos. En medio de esta guerra contra el ‘terrorismo’ las petroleras BP, Exxon Móvil y Shell están produciendo más de 12 millones y medio de barriles de petróleo por día en Irak. Esta operación de explotación da una cifra descomunal y supera récords que los saudíes ostentaban hasta el 2015, con 10.5 millones de barriles diarios. Las petroleras tienen ganancias anuales en trillones de dólares y ellas se mantendrán hasta el 2017, dice, Jacqueline Marcus, periodista especializada en temas de energía en el sitio www.Trth-out.org, en un artículo de fondo aparecido el 17 de diciembre 2015.
Así es; de Irak a Ucrania, pasando por Libia, Siria, Líbano, Yemen, Sudan, Egipto, Nigeria, e Irán, estas tierras serán siempre escenarios de convulsión y conflicto digitados desde Estados Unidos y sus socios de la OTAN; no es casual que la propaganda y las bombas provengan siempre desde esos centros de poder. En términos ‘comunicativos’, entonces, debo decir que la pirámide invertida es una técnica obsoleta; crea ‘humo negro’ y amplifica el conflicto e impide, al lector, detectar claramente las causas de los conflictos. La noticia se enfoca en el escándalo y convirtió al periodismo en un show de entretenimiento bien lucrativo.
Toda guerra empieza en el nivel mediático (propaganda) y luego pasa al nivel real. A los pocos días de la ejecución de Gadafi (20 de octubre del 2011), los líderes de la OTAN expresaron su alegría por la muerte del ‘tirano’; quien recibió un tiro de gracia en la cabeza ¡Todo transmitido en directo por TV! Pero la historia se remonta al 2001: después de los ataques del 9/11 en Nueva York: cuando el ex comandante de la OTAN, general Wesley Clark, denunció que “había un plan para invadir siete países en menos de cinco años”. Solo canales de Tv y medios online (pequeños) le dieron espacio.
Clark plasmó esas denuncias en un libro titulado “Ganando Guerras Modernas” (2003). El autor demuestra (con datos de la CIA) que ‘Sadam Hussein no tenía armas de destrucción masiva y lo que tienen en común esos países (a ser invadidos) es que ‘son ricos en petróleo’. Es que los medios con influencia mundial no pueden prescindir de los cupos billonarios por publicidad que los fabricantes de armas, compañías de petróleo, oro, y diamante inyectan a sus arcas. Para Clark, los ataques terroristas eran una excusa para apresurar ese plan.
Libia es el único país del mundo, donde el petróleo está ‘a flor de piel’. Explotarlo no requiere de gran inversión y todas las petroleras del mundo están asentadas (hasta diciembre del 2015) en Libia. Entonces, para controlar el petróleo y el poder político se requieren dos cosas: un aparato mediático ‘efectivo’ a la hora de vender propaganda (como tiene occidente) y un aparato militar capaz de imponer gobiernos y/o derrocarlos
Un año antes de la caída del Gadafi, los gobernantes de occidente se fundían en abrazos con el ex líder libio. “Fue un gran aliado”, dijeron Tony Blair, Berlusconi y Sarkozy. Pero un reporte publicado por The Independent (en diciembre pasado) indica que “desde el 2004 USA y la OTAN enviaban fondos a líderes de Al Qaeda, quienes veraneaban (después de su trabajo en Irak) en balnearios privados en Kuwait y Qatar”. Contrastando varias fuentes, el diario denuncia que “Hamid bin Abdullah (fundador de ISIS junto a Abu Bakr al-Bagdadí) empleó esos pagos para formar el ideal del Estado Islámico.
Hay más. El 14 de marzo del 2014, otro diario pequeño The Telegraph en un artículo de fondo, firmado por Patrick Cockburn, denunció que: ‘USA, Francia e Inglaterra financiaron y entrenaron a cientos de combatientes radicales en Turquía, quienes luego fueron llevados a Siria y se pasaron a ISIS”. Cockburn asegura que sus fuentes eran ‘muy reservadas y confiables’, apunta claramente a varios jefes y oficiales del Pentágono.
“Cientos de lanza-granadas, fusiles de asalto modernos y armamento pesado y antiaéreo de fabricación estadounidense y rusa cayeron en manos de ISIS, aunque su destino era ‘los rebeldes sirios’, dice el autor. Y cuando se trata de malas noticias siempre hay más. El periodista Seymor Hersh, ganador de un Pulitzer, en un libro titulado “La Línea roja y la Línea Rata: Obama, Erdogan y los rebeldes Sirios” (2013), expone que “altos miembros del ejército de USA se opusieron a una acción militar contra Assad; ‘pues tenían miedo a que suceda lo mismo que en Irak”. Hershs detalla que oficiales del Pentágono pasaron información confidencial sobre la ubicación de los campos de entrenamiento de ISIS al ejército sirio, al ejército alemán y a Rusia”. Según el periodista, Turquía proporcionó el gas Sarín a los “rebeldes” sirios (concretamente a ISIS y su brazo Aal-Nusra) quienes dispararon el gas contra la población de Ghouta, donde murieron 1.400 personas (entre civiles y militares el 21 de agosto del 2013).
“El objetivo de ese ataque era ‘precipitar” la acción militar que Obama y a Hollande habían anunciado, irónicamente, un año antes de ese hecho”, dice el autor. Claramente, el periodista apunta a que USA y sus aliados sabían de los planes de Turquía. Incluso ISIS, ayudado por Arabia Saudita, estaba en condiciones de fabricar gas sarín en caso de que Turquía negara una transferencia. Los sitios electrónicos de London Review Books (www.lbr.co.uk), www.Inforwars.org y The Guardián tienen mayores detalles.
Rusia y China se opusieron a la idea de bombardear Siria, pues insistieron en que no existen pruebas de que el ataque fuera perpetrado por el ejército de Asad. Además, la guerra había desgastado a la población civil; pues habían cinco grupos armados disputando el territorio en Siria. El conflicto llego al nivel más crítico cuando barcos rusos se posesionaron frente a la armada francesa y norteamericana en las costas de Siria en septiembre del 2013. Pero las “bombas mediáticas’ jugaron un papel importante para vender la idea de que Francia y USA eran los ‘mesías de la democracia’.
Noticias por encargo
Como era de esperarse la ‘gran’ prensa occidental fabricó otro enemigo: Rusia. Justo esa semana de septiembre, las acciones de los fabricantes de armas norteamericanos y franceses subían a la velocidad de la luz en los mercados de medio oriente. Ergo, ganaron por ‘doblete’. Carla Del Ponte, exfiscal de Tribunal Penal Internacional, fue parte del equipo que investigó del ataque con gas en Siria. En una entrevista con Radio Estatal Suiza el 15 de mayo del 2013 dijo: “que toda la evidencia acumulada demuestra que fueron los rebeldes quienes dispararon misiles tierra-aire cargados con gas toxico a la población civil en la región de Ghouta”. Las entrevistas a militares y civiles sobrevivientes indican que la procedencia de los disparos coincidía con la posición que ocupaban los rebeldes”. Pero el poder del aparato comunicacional controlado por las petroleras es tan grande, que el 6 de mayo de 2013 la ‘sacrosanta’ BBC en una nota de portada titula (traduzco del inglés) dice: “Del Ponte de la ONU dice que hay evidencia que rebeldes usaran gas Sarín”; Sin embargo, el texto fue distorsionado por la BBC, pues desde el primer párrafo se insiste en que ‘no hay evidencia probada de nada aun’. Todo apunta a que la OTAN y USA fabricaron ‘evidencias’ y los medios continúan repitiendo el libreto.
El 17 de diciembre pasado, Eren Erdem, diputado turco de la coalición Partido de la Gente Republicana (PGR), denunció al Telegraph que: “fueron militares turcos quienes proporcionaron el gas sarín a los rebeldes de ISIS. Hay una investigación criminal cuyo número de caso es 2013-120 y un fiscal asignado al caso”, dijo el político. Varias operaciones secretas dirigidas por la CIA, Turquía, Qatar, y Arabia Saudita se llevaron a cabo tanto en Libia como en Siria: pero la más controversial fue la que envolvió al propio embajador de USA en Libia.
Un reporte de The Guardián publicado en junio de 2013 dice: “Fue el tráfico de armas lo que ocasiono la muerte del embajador Stevens en Benghazi, el 11 de septiembre del 2012: pues un comando irrumpió en la Embajada en el momento en el que se realizaba una transferencia”, asegura el diario. Mientras la trama se daba en Libia, miles de ejecuciones ordenadas por los herederos de Mubarak se cometían en Egipto.
Fotos y videos tomados por civiles y activistas irrumpieron en la red. Sin embargo, estos crímenes no tenían espacio en la prensa occidental. Pero estos crímenes fueron hábilmente ‘achacados’ a Gadafi y luego a Assad. ¡Incluso siendo eventos extemporáneos! Después de la caída de Mubarak, la embajadora de USA en Egipto, Ane Patterson, dijo a la prensa: “Estamos coordinando con todos los grupos, incluido los hermanos musulmanes, para afrontar la crisis en Egipto”. Patterson no mencionó que cientos de manifestantes eran ejecutados diariamente por militares ligados a Mubarak. La OTAN y USA hicieron posible para mantener en el poder a Mubarak; dócil, y corrupto era el alfil perfecto de occidente.
Yehia Hamed (exministro de Inversión en el gobierno de Morsi), en una entrevista con la periodista Olga Rodríguez de ‘Eldiario.es’ el 22 de abril del 2014, denunció que “hay un silencio temerario e inhumano de la OTAN y USA ante miles y miles de crímenes que se cometieron en escuelas y hospitales en Egipto. Actúan diferente en Ucrania”. Hoy Hamed está exiliado en Estambul.
Sobre este hecho, Alternet.org, la prestigiosa revista The Nation, Truthout.org y el afamado sitio www.Infowars.com (los medios digitales populares) reconocieron que miles de videos fueron cuidadosamente editados y enviados a corresponsales de agencias noticiosas. El 19 de noviembre pasado, en la prestigiosa revista The Diplomat, el periodista David J Karl describe con detalle los problemas de ‘coordinación y las posiciones contrapuestas’ entre el alto mando militar y Obama: “los militares jamás apoyaron una intervención directa, ni indirecta en Siria ni en Libia”, resume Karl.
Pero, como si eso fuera poco, en marzo del 2012, The Guardián revela que hay documentos del servicio secreto libio, donde se indica que Gadafi donó 50 millones de euros al jefe de la campaña política del ex presidente Sarkozy, Brice Hortefeux. Según los documentos, el pago se efectuó en fecha 10 de diciembre del 2006. Ahí radica, posiblemente, la premura con la cual Sarkozy actuó a la hora de bombardear Libia; pues a las horas de concluir la reunión del G-20 en Rusia (los primeros días de Septiembre 2013) sus aviones ya estaban bombardeando a Gadafi.
El efecto ‘avestruz’
Tony Blair admitió (la primera semana de diciembre pasado) que Gadafi colaboró con Inglaterra al proporcionarle información delicada en la lucha contra el terrorismo. Además, recordó que el exlíder suspendió sus programas nucleares y destruyó sus armas químicas (unilateralmente). “Gadafi nos advirtió a los líderes de la OTAN (en el 2009) de los graves riesgos que implicarían la unificación de grupos radicales y Al Queda, tras la guerra en Irak”, dijo Blair.
En Siria, tras la muerte del padre de Assad, se dieron cambios políticos alentadores; era el único país laico en la región: todos los credos convivían en paz. Las mujeres recuperaron derechos: se liberó internet, mientras que la educación y salud gratuitas se ampliaron a todos los sectores de la población. Sin embargo, una sequía ‘infernal’ que duró más de 15 años azotó al 45 por ciento de las áreas cultivables, lo que originó un fenómerno de migración campo-ciudad. Ocurrió justo cuando la OTAN, USA, Arabia Saudita, Qatar y Kuwait decidieron ‘democratizar’ Siria.
Las ciudades estaban repletas de campesinos que vivían en albergues; Pero la gran prensa cerró sus ojos y abrió sus bolsillos para ‘reproducir la guerra’ ocultando la cabeza como el avestruz. En Ucrania, se repite la historia: el Departamento de Estado financió directamente el golpe de estado contra Víctor Yanukovich: pues el depuesto presidente ganó las elecciones del 2010 con gran mayoría a Julia Tymoshenko.
Como la pequeña prensa ló documento perfectamente, este golpe nació en las entrañas mismas de la administración Obama. El objetivo era ‘quebrar’ la economía rusa. Gran parte de PIB provienen de la exportación de gas y petróleo que pasa por territorio ucraniano hacia Europa. Erosionar la economía rusa era geopolíticamente importante para USA y la OTAN. Ese es el precio que pagó Putin por defender a su aliado Assad. Las agencias de noticias han criticado a Putin ‘por encargo’. Una conversación entre el agente consular de Usa en Kiev Geoffrey Pyatt y Victoria Dulan (representante del Departamento de Estado para Euro-Asia) fue filtrada a la prensa europea por la inteligencia rusa. En ella se oye claramente a Dulan decir a su interlocutor: “Que se vaya la mierda la UE”: como muestra de enfado al oír que no se logró el apoyo pleno de los socios de la OTAN. Dulan sugiere a Poroschenko (actual presidente) como sucesor ante la inminente caída de Yanucovich. A los cuatro días, Dulan admitió, con cierta candidez, la veracidad de la conversación: “Fue un excelente trabajo de inteligencia’, dijo la diplomática. Pero otra vez la prensa quedó callada. Defendió a los ‘santos’ marchistas en el Maidan pero nadie le dedicó una sola línea a los cadáveres de decenas de policías ejecutados por francotiradores, que hoy sabemos, también fueron traídos de Arabia Saudita, Israel, Kuwait, Qatar, Libia, Chechenia Túnez y Marruecos.
Mientras esta guerra de posiciones continua, la empresa petrolera más poderosa de USA, Exxon-Móvil, y la Rusa Rosneft continúan excavando en la reserva más grande de gas y petróleo que la humanidad pueda imaginar, en el ártico Norte, concretamente en el mar de Kara. En junio de 1991 el Grupo Bildelberg (dueños de las corporaciones más ricas del mundo) realizó su encuentro anual en Alemania y, como de costumbre desde 1954, redactó una declaración final que decía: “Estamos agradecidos al Washington Post, New York Times, a la revista Time Magazine y a las agencias de noticias, por ayudarnos a consolidar nuestra visión del mundo. Nuestros logros están iluminados por la propaganda en sus noticieros”.