La Paz, 24 de diciembre (Oxígeno).- El resultado de la nueva estrategia marítima unió a los bolivianos en este año que queda marcado en la historia. Por primera vez, Chile tuvo que explicar los motivos por los cuales incumplió sus compromisos para otorgar una salida soberana al océano Pacífico. Bolivia demostró ante La Haya que existen asuntos pendientes que Santiago siempre quiso evadir.

El presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, lideró una estrategia que posicionó la demanda marítima boliviana a escala global. Un equipo conformado por juristas internacionales de gran prestigio, abogados encabezados por el expresidente Eduardo Rodríguez Veltze y una estrategia de opinión pública llevada adelante por el expresidente Carlos Mesa Gisberth, permitió que el país logre que el Tribunal Internacional de Justicia decida tratar el fondo de la demanda presentada por Bolivia el año 2003.

Ambos países se vieron las caras en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en mayo. Chile presentó las objeciones a la competencia del tribunal con el argumento de que todo diferendo limítrofe con Bolivia quedó zanjado con el Tratado de Paz y Amistad del 20 de octubre de 1904.

El equipo boliviano explicó que Chile se comprometió de manera unilateral y voluntaria a zanjar el diferendo marítimo al margen del Tratado.

Desde el principio el plan fue llevado adelante por el jefe de Estado. Este año, en julio, incluyó en el equipo de colaboradores para el tema marítimo a los expresidentes Jaime Paz Zamora, Jorge Tuto Quiroga y Guido Vildoso. Entre 2013 y 2014, el Gobierno había convocado los expresidentes Eduardo Rodríguez Veltzé, quien actualmente es Agente ante La Haya, y a Carlos Mesa, el vocero Internacional.

Sectores de oposición y oficialismo se unieron en una sola voz para reforzar la demanda marítima en una campaña internacional que superó a la diplomacia chilena. Y el hecho más concreto se dio el jueves 24 de septiembre, día en el que Bolivia se vivió una fiesta. Los jueces aceptaron ingresar al proceso de fondo y rechazaron las objeciones chilenas.

El descontento en Chile obligó a Felipe Bulnes a renunciar al cargo de agente de su país ante La Haya. El 23 de noviembre, el exsecretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien en el pasado reconoció que hay temas pendientes, asumió la  misión de recuperar la cohesión entre los chilenos. Ahora resta el fondo del caso.

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