Opinión
Imagen de Max Raúl Murillo Mendoza
Max Raúl Murillo Mendoza
24/03/2025 - 15:27

Nuevo desorden mundial

Incluso en la periferia de la periferia, donde está Bolivia, los cuestionamientos al sistema democráticos son muchos. A pesar de los avances políticos y de inclusión social, no se ven avances en la inclusión económica.

Los civilizados y educados gringos están destruyendo su democracia, además de llevar al mundo a un desorden total, donde probablemente la barbarie y los bucaneros modernos serán los líderes políticos más importantes. De hecho, los Estados Unidos ya son una muestra palpable. En este escenario cabe preguntarse si todavía es ético y moral, considerar la continuidad del sistema democrático, pues sus resultados no son precisamente los más positivos.

Incluso en la periferia de la periferia, donde está Bolivia, los cuestionamientos al sistema democráticos son muchos. A pesar de los avances políticos y de inclusión social, no se ven avances en la inclusión económica. La pobreza y la miseria siguen siendo el talón de Aquiles de nuestro país. Requerimos de nuevas estrategias de país, de Estado, de sociedad civil para vencer los desafíos más importantes y que siguen persiguiéndonos como fantasmas desde el siglo XIX.

El escenario internacional no es en esta coyuntura una oportunidad. El racismo como lenguaje político ha regresado, poniéndonos en evidencia que esas enfermedades mentales regresan cada vez que se sienten superados por los avances sociales. Dialogar y consensuar con esos seres supremacistas, es pedir peras al olmo. Esos bucaneros y piratas buscan esclavos políticos, o sirvientes dispuestos a agachar la cabeza por unos cochinos dólares.

Sin embargo, es también un momento para evaluar lo nuestro. En sentido de mirarnos al espejo, con crítica de altura, para ver nuestros avances y nuestros errores. Como sociedad no solemos, lamentablemente, estar acostumbrados a la crítica y la evaluación, sino al encubrimiento ideológico, como en la edad media, de lo que realmente está sucediendo.

Estamos desordenados en muchos sentidos. Nuestros tejidos sociales desestructurados, fracturados, quebrados incluso en las facetas más cotidianas. En momentos de crisis económica, muchos comerciantes aprovechan el pánico para ganar sobre el hambre de la gente. No existe ya la solidaridad de clase, ni de ningún tipo. Aquí es sálvense quién pueda. Como en las instituciones del Estado y quizás también en las instituciones privadas.

La incertidumbre está carcomiendo todos los tejidos sociales, junto al azar de las determinaciones de sociedad. Lo peligroso de este ambiente, es que el mensaje hacia las nuevas generaciones es de fracaso total. Es decir, sálvense quién pueda. Las únicas oportunidades en el desorden social es la delincuencia, el contrabando, el narcotráfico, el engaño al Estado a toda costa vía desvío de impuestos, etc. Porque nada es seguro, todo es incierto, no hay presente y futuro que soñar, sólo la sobrevivencia absoluta y total a cualquier costo.

Hace demasiado tiempo se requiere de urgentes cirugías ideológicas, políticas, éticas y morales en nuestros tejidos sociales. Los parlanchines y héroes no sirven de nada, sino quiénes realmente son ejemplos y referentes éticos en la sociedad, en los barrios, en las organizaciones sociales. Referentes en los ejemplos concretos de servicio social, de trabajo comunitario y barrial.

El mundo ya no es referente de nada en estos momentos. Quiénes se decían ejemplos de democracia y solidaridad internacional, muestran su lado más inhumano posible hacia el mundo. Es la época de la globalización del racismo, de la pigmentocracia, del imperialismo más brutal posible.

En cierto sentido, la crisis del sistema nos permite una nueva oportunidad de ser nosotros mismos. Para luego ser universales. Sin embargo, es lo económico que no estamos haciendo bien. No tenemos estrategias de Estado, no tenemos visiones en el largo plazo. Vivimos de la coyuntura en medio de la miseria y pobreza franciscana, sin soñar alcanzar metas más exigentes. La mediocridad es el reino de los cielos en nuestro país.

En todo caso no hay muchos secretos en la historia. Los consensos sociales, los acuerdos de objetivos conjuntos, y pues el patriotismo como prioridad seguirán siendo los protocolos más importantes también en estos tiempos. Los caudillismos tienen que ser enterrados en el basurero de la historia. Los daños que han causado a la Patria son inmensos y profundos.

En estos tiempos cuando el sistema capitalista ha quedado en evidencia, con sus raíces racistas y supremacistas, tenemos que buscar con urgencia consensos de sociedad para sobrevivir de mejor manera. Eso es por supuesto sanar los traumas terribles en nuestros tejidos sociales, que ahora están destruidos y desestructurados. Los consensos sociales son exámenes de sociedad, en función de objetivos superiores y de conjunto.

Soñemos también con la aparición de líderes nuevos, jóvenes en lo posible para renovar totalmente la política, las ideas de lucha, las ideas de construcción de Patria y Nación que no podemos realizar y cerca del Bicentenario, pues, no hemos cumplido como país. Todas las anteriores generaciones se han aplazado históricamente.

En tiempos de Desorden Mundial y regreso de los racismos supremacistas más retrógrados, tenemos la urgencia de revisar lo nuestro. Pero desde posiciones críticas y valientes. Intelectualmente patrióticas y con el corazón en el pueblo.

El Periódico Digital OXIGENO.BO, es desarrollado y administrado por Gen Film & Crossmedia Ltda. Teléfono: 591-2-2911653. Correo: info@gen.com.bo