Opinión
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Max Raúl Murillo Mendoza
06/11/2024 - 07:59

El pueblo elegido de Dios

Por los sionistas judíos sabemos hoy que Dios no importa, cuando de sangre y venganza se trata.

Los judíos dicen que son el pueblo elegido de Dios. Una consideración que sabemos por la historia occidental. Pero Dios tiene que estar arrepentido de su elección. Pues si es así, no creo, ha elegido a un pueblo criminal e impune. Ha elegido a un pueblo que sólo sabe de venganza y sangre. Todo lo demás es maquillaje muy al estilo de la civilización occidental.

Por los sionistas judíos sabemos hoy que Dios no importa, cuando de sangre y venganza se trata. Nos demuestran también que su religión sólo es un circo, para desahogar sus instintos criminales, para desahogar sus enormes pecados sangrientos. Dios es sólo su excusa para ejecutar sus sanguinarios deseos de sentirse elegidos de Dios.

En estas coyunturas mundiales de desastre total, desadaptados sociales y criminales de Estado son los que más rezan y nombran a Dios. Nada raro, es la constante como sabemos por experiencia de la colonización y sus posteriores resultados religiosos. Dios, en estos tiempos, es la excusa perfecta de la criminalidad y la impunidad. Son tiempos donde se ha vaciado totalmente el sentido de Dios, cualquier criminal y corrupto nombra a Dios sin ningún tapujo, como lo vemos en las concentraciones políticas de las elecciones estadounidenses. Por el sur del mundo es lo mismo.

Pues sí, Dios es la excusa para todo en estos tiempos sin sentido. Los judíos son el ejemplo total de este sin sentido de las religiones, sobre todo en la civilización occidental. Además, las crisis terribles del catolicismo por todo el mundo (abusos sexuales a niños y niñas), ahonda todavía más el sentimiento hacia las religiones. En un mundo ensangrentado y destruido, las consciencias religiosas ya no tienen a dónde acudir.

Hace pocos días murió el padre Gustavo Gutiérrez, un peruano de avanzada que planteó a finales de los años 60 del anterior siglo, la Teología de la Liberación. Una propuesta para cambiar la doctrina de la religión católica. Pero los poderes del mundo, desde el Vaticano y Washington, le combatieron por el miedo enfermizo al comunismo. No dejaron que esa propuesta totalmente latinoamericana, tenga alcances mundiales ni siquiera regionales. Porque la religión también es política.

Las religiosidades ancestrales, intentan reponerse de siglos de clandestinidad y destrucción; aunque todavía en procesos de reconstrucción, ojalá tengan mejor destino para estos tiempos turbulentos y sin ley. Desde tiempos inmemoriales, los humanos buscan algún refugio sentimental, cuando los poderes del mundo sólo siembran de destrucción y maldad.

En definitiva, la religión tiene su papel e importancia en todas las culturas. Es también una parte del rostro de todas las culturas. Y puede servir para manipular y tergiversar desde el poder, poniéndose al servicio de intereses oscuros, como es el caso de los judíos.

Cierto, en tiempos de crisis, sangrientos y turbulentos, los humanos buscan refugios que puedan apaciguar en algo al sentimiento de inseguridad, al sentimiento de abandono y soledad existencial. Cuando no hay respuestas de nadie a las necesidades económicas, a las necesidades laborales. Sobre todo, a respuestas ante tanta impunidad de señores de la guerra, que destruyen absolutamente toda posibilidad de esperanzas en la existencia humana. Las religiones son un refugio en la turbulencia humana.

En estoy tiempos de egoísmo extremo, de destrucción de los valores éticos y morales por todo el mundo, de desánimo generalizado ante el avance de la corrupción y el descrédito total del ejercicio político, las religiones se convierten en el único escape y desahogo mental para al menos soñar con algo de esperanza. En buena medida, las religiones siguen sirviendo como refugio y escape ante la ausencia de respuestas humanas.

Pueblos destruidos y humillados como el Palestino, tienen que estar rezando a sus Dioses para ver si tienen respuestas, pues los humanos como los judíos sólo ven sed de venganza y muerte. Y los poderes establecidos como las NNUU no sirven para absolutamente nada, sino como resortes de los más poderosos, que en esta coyuntura son los sionistas de Washington.

En definitiva, el misterio de la existencia de los Dioses seguirá siendo un acompañante de nuestra existencia humana. Jamás lo resolveremos; pero seguirá teniendo sentido si es que esas fuerzas misteriosas sean realmente bondadosas. Es decir, que ayuden a restablecer los equilibrios humanos hacia el bien, hacia el respeto de culturas, hacia el restablecimiento de valores universales, que siguen siendo el baluarte de los sentidos positivos de la vida.

Hoy por hoy la devaluación y prostitución de la palabra Dios, en boca de criminales y corruptos, es sencillamente una afrenta a la humanidad. Una afrenta a la búsqueda de sentido, del Vivir Bien en la tierra, en esta vida. Una afrenta a los Mandela, a los Mujica, a los Gandhi, a los Espinal que han dado sus vidas por el bien de la humanidad.

Dios tiene que estar muy dolido y arrepentido de su “pueblo elegido”. No son precisamente un ejemplo de amor y paz. De convivencia y armonía humana, sino todo lo contrario. Son los criminales e impunes más atroces de la historia humana.

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