Opinión
Imagen de Max Raúl Murillo Mendoza
Max Raúl Murillo Mendoza
18/10/2024 - 10:58

Premios Nobeles: un imposible para el tercer mundo

Pero tenemos el enorme desafío de hacer ciencia también por estos lados del mundo, ciencia competitiva y de reales servicios a las necesidades de nuestras naciones.

 Esta semana se ha otorgado varios premios nobeles, esos prestigiosos galardones en varias ciencias de punta como la física, matemáticas, química, medicina entre otros. Por supuesto que los galardonados son científicos de las mismas universidades de siempre, de los mismos centros de investigación de siempre. Hay a veces algunas variaciones de países; pero en esencia son los mismos espacios que reciben esos premios. Es imposible que los galardonados sean, al menos alguna vez, de los llamados países del tercer mundo. Las excepciones confirmaron la regla general.

Sería demasiado fácil, muchos utilizan esas excusas para la flojera mental, decir que es parte de la dependencia y los culpables son como siempre los del imperio. Sabemos por cierto que es una realidad contundente. Pero tenemos el enorme desafío de hacer ciencia también por estos lados del mundo, ciencia competitiva y de reales servicios a las necesidades de nuestras naciones.

Nuestras universidades por ahora están tan divorciadas de las realidades, que sólo son espacios de trabajo para miles y miles de profesionales, que pues en general no son científicos. Incluso tan politizadas que los pocos científicos que hay en nuestro país, no trabajan en las universidades. Al respecto nadie dice nada, nadie reflexiona críticamente de estas circunstancias sino de manera marginal, pues la crítica está prohibida por el miedo a perder privilegios y complicidades de trabajo. En fin.

Esa inercia de la dura realidad se traslada de generación en generación, repitiendo hasta las calendas griegas las verdaderas razones de la dependencia y la marginalidad tercermundista. Repitiendo la mediocridad generalizada de nuestras instituciones, de nuestro funcionamiento de maquinaria mediocre y de bajo nivel profesional.

En términos de los avances científicos y tecnológicos, ya estamos en los umbrales de la cuarta y quinta revoluciones industriales científicas; nosotros ni siquiera hemos entrado a la primera, que es el dominio de las fundiciones de acero. Las revoluciones industriales, son productos directos de los avances tecnológicos y educativos. Seguimos balbuceando las primeras palabras del abecedario del siglo XIX. En completo analfabetismo respecto de los avances más radicales, en todas las ciencias de punta.

La dependencia ciertamente es económico histórica; pero también las flojeras mentales y discursos politiqueros de costumbre, es seguir culpando de todos nuestros pecados al imperio, o a sus fantasmas por todos lados. Receta irresponsable y facilona, ante la ineficacia de generar desafíos realmente intelectuales y científicos. Los resultados son elocuentes de quiénes la politiquería es el arte de lo más nefasto, de lo más delincuencial en el mando y gestión de Estado. Derecha e izquierda no tienen ninguna diferencia.

En estas coyunturas complejas del mundo, a pesar de los politiqueros y asesinos que presiden de presidentes, en los países poderosos de occidente, los avances tecnológicos siguen nomás sus ritmos vertiginosos. Hoy la inteligencia artificial es uno de los logros más espectaculares, más fascinantes de las ciencias. Dicen los especialistas que dichos protocolos científicos, serán como el descubrimiento del fuego hace millones de años. Es decir, tan importante que cambiará todo el destino de las ciencias, por tanto de la humanidad. Veremos si estos espectaculares avances, al menos nos empujan a entrar al siglo XX definitivamente: en mente y en la práctica, porque por supuesto que estamos demasiado lejos del siglo XXI en términos de avances científicos.

Lo grave en nuestra Patria son las enfermedades mentales de la politiquería. Todavía atrasada y totalmente al margen de las discusiones más importantes de todas las ciencias. Por supuesto razonar con algún caudillo politiquero es pedir demasiado. Simplemente no se puede razonar, sino balbucear nomenclatura anti científica y anti pedagógica, fuera de toda realidad.

Nunca podremos dar alcance a las universidades de los países del norte. Nunca tendremos premios nobeles. Al menos seamos conscientes que tenemos desafíos complejos, difíciles, en nuestras realidades. Dichos desafíos son nuestros emblemas para hacer ciencia, y responder por tanto a las necesidades de nuestros pueblos, en todos los campos posibles. Y sin ciencia eso es imposible.

Tenemos el desafío de desterrar a la mediocridad como normalidad de nuestras universidades. De nuestras instituciones, sean estatales o privadas. Dar espacio a miles y miles de jóvenes entrenados en todos los campos de la ciencias, para que empiecen a tener experiencia de manejo institucional, científico y tecnológico en todas nuestras instituciones, debería ser el primer paso para cambiar nuestras vetustas y anticuadas maneras de ejercer gestión, que sólo alargamos la agonía del pueblo, que siempre pide soluciones a quiénes supuestamente tienen que dar; pero que jamás reciben nada en sus necesidades cotidianas, en sus necesidades para resolver nuestras terribles complejidades sociales y económicas, de la Bolivia profunda.

El abismo entre países altamente desarrollados y tecnológicos se ensancha cada vez más. Pues el conocimiento es poder. El conocimiento puede ser parte de nuestras estrategias para salir de una vez de la pobreza, de la dependencia. Sin embargo, desterremos también a la politiquería barata y anti nacional: bloqueos de caminos irracionales y brutales, lentitud y burocracia analfabeta y brutal en nuestras instituciones, mediocridad generalizada en todas nuestras entidades bolivianas.

Que las ciencias nos ayuden también a modernizar, en el buen sentido, a la política. Hoy totalmente atrasada  y anti nacional por la ausencia de gente entrenada, capacitada y consciente con la Patria. Poco profesional con los compromisos nacionales, con los compromisos de real cambio de nuestra Bolivia.

El Periódico Digital OXIGENO.BO, es desarrollado y administrado por Gen Film & Crossmedia Ltda. Teléfono: 591-2-2445455. Correo: info@gen.com.bo