Ciencias Sociales y cambio social
"Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo". Karl Marx, 1845.
El gran pensador alemán Karl Marx, reflexionó allá en 1845 cuando escribió las famosas once Tesis sobre Feuerbach, criticando al materialismo post-hegeliano como simple idealismo, pues sus posturas apenas se comprometían a transformar el mundo de aquel momento.
El fondo de aquellas reflexiones pueden ser también muy actuales, en sentido de las crisis mundial y regional, porque paradójicamente contamos con mucha información sobre nuestras realidades, que no sirven de nada para cambiar las estructuras de injusticia de la sociedad. A más información, incluida las redes sociales, más analfabetismo funcional para cambiar las estructuras de la sociedad.
Me adscribo con vehemencia a las posturas en sentido de que la información de las ciencias sociales, de las investigaciones en los diferentes campos, tienen que ser herramientas de transformación de la realidad. Ese es el sentido más importante, por lo menos debería ser, de las academias y los centros de investigación social. En realidades como las nuestras, donde seguimos nomás funcionando a ciegas o con torpezas institucionales, que sólo golpean a los más humildes de la sociedad, son necesarias las informaciones actuales y por supuesto las investigaciones nuevas, para ordenar de mejor manera nuestras instituciones.
Es impresionante ver las montañas y montañas de documentos, en nuestras universidades, resultado supuesto de investigaciones, que no sabemos a ciencia cierta para que sirven. En general son sólo montones de papeles burocráticos, que han justificado sueldos pero que no sabemos a ciencia cierta si sirven a los objetivos de nuestra sociedad. Es un enorme misterio. Pues nadie de las entidades del Estados recaba información al respecto. Desde lo ético, esas montañas de papeles deberían ser herramientas para la sociedad en general, sino pues sería muy grave por la falta de resultados. En fin y un largo etc.
En Bolivia creo que ya hay cientos de universidades, sean estatales y privadas, pero hasta hoy no sabemos si hacen investigaciones, en qué campos, para qué objetivos, si esas investigaciones sirven a nuestras realidades. Porque lo cierto es que seguimos nomás en general como en el siglo XIX. Sin independencia alimentaria, sin variables claras para decir que hemos cambiado profundamente en todos los aspectos. Caminando todavía a ciegas, o de manera muy precaria y con discursos rimbombantes para que no cambie nada.
Más allá de estas apreciaciones sobre nuestras instituciones académicas, considero que la labor de la investigación social, histórica y sociológica, tiene que ser totalmente comprometida con la transformación de la realidad. Ese el sentido más importante de los investigadores, de las investigadoras en este país. Cierto que hay exquisiteces de investigaciones en varios campos de las ciencias sociales, elaborados por gentes que tienen posibilidades económicas, lo cuál es bueno; pero no es suficiente cuando nuestras necesidades todavía son primarias, de necesidades de sobrevivencia. En muchos aspectos cruciales, por la terrible pobreza extrema, o la inutilidad de nuestros sistemas educativos que no formar precisamente ciudadanos honestos, proactivos y al menos con sentido nacionalista, sino todo lo contrario: mediocres, corruptos y totalmente ajenos a nuestras realidades.
Requerimos urgentes procesos de investigación estratégica, desde el Estado; desde la sociedad civil, desde las instituciones privadas, en sentido de transformar radicalmente a nuestras instituciones. Para erradicar la burocracia colonial y enfermiza, anti nacional y popular, para erradicar la ausencia de resultados de nuestras instituciones y la ausencia de velocidades para el siglo XXI.
Las cantidades industriales de universidades que tenemos en Bolivia, no sólo tienen que ser agencias de empleo sino y sobre todo centros de investigaciones, donde se sistematicen nuestras realidades, para las necesidades primordiales de la sociedad. En sentido estricto, pues que las universidades encuentren el sentido nacionalista para ayudar a resolver nuestras enormes necesidades.
Desde posiciones más de avanzada ideológica, consideramos que la actividad académica es revolucionaria, pues rescatando ese concepto que deviene del siglo XIX como instrumento de cambio, de transformación de nuestras realidades. Lo científico como articulador de la información, herramienta en favor de los sectores más desposeídos. Contra la información deformada y convertida en idealismo pequeño burgués, burocrático y cómplice de las situaciones de injusticia de nuestra sociedad.
El manejo de información e investigación, son definitivamente instrumentos necesarios y urgentes para cambiar nuestras realidades. No es novedad ni descubrimiento de la pólvora, en muchos lugares del mundo los procesos de información e investigación, han sido instrumentos que han sido decisivos para reconstruir o construir sociedades nuevas. En estos tiempos complejos e injustos, tenemos que jugar también con las estrategias de las investigaciones. Porque sólo con ideologías la historia nos ha demostrado que no es suficiente, ni mucho menos.
Las nuevas generaciones deben saber que el conocimiento y la investigación, requieren también de compromisos serios y revolucionarios, para contribuir a los cambios que necesitamos en nuestra sociedad. En estos tiempos complejos, es urgente ese compromiso por el conocimiento y la investigación que sea sobre todo aporte a construir una nueva sociedad.