Opinión
Imagen de Max Raúl Murillo Mendoza
Max Raúl Murillo Mendoza
21/08/2024 - 17:02

La ausencia de liderazgos jóvenes

En realidad, los nuevos liderazgos tienen la enorme tarea de rescatar las dignas y utópicas consignas, que vienen de la Revolución francesa y rusa, de hacer de la política un servicio ético de gestión hacia los demás.

No existen nuevos liderazgos, sobre todo jóvenes que respondan a las actuales coyunturas históricas y políticas de Bolivia y el mundo. Las hipótesis son varias, desde aspectos de la globalización vía redes sociales, hasta desinterés total de los jóvenes por la política como generación. Sin embargo, existen algunas causas que podemos conjeturar para ayudar a las hipótesis en el caso de nuestro país. En todo caso, lo evidente es que no hay nuevos liderazgos de las nuevas generaciones, lo cuál extraña enormemente pues las inquietudes actuales tienen que ver con las nuevas generaciones.

Es cierto que la política no es precisamente un mundo romántico, sino todo lo contrario: es lo más sucio como práctica cotidiana. Esas cantaletas de discurso respecto a compromisos con el pueblo, pues son sólo acordes de politiqueros tercermundistas, de mal gusto además. La política real es igual a la politiquería cotidiana. Pero, es cierto también, que por ahora no hay otros instrumentos más sanos para hacer política sana. Todo está contaminado y minado de las más crueles formas de dañar al contrincante.

En realidad, los nuevos liderazgos tienen la enorme tarea de rescatar las dignas y utópicas consignas, que vienen de la Revolución francesa y rusa, de hacer de la política un servicio ético de gestión hacia los demás. Desde el Estado sobre todo, a pesar de todo. Las nuevas generaciones tienen que reestructurar las nomenclaturas y protocolos de la política. Incluso darle el sentido adecuado para estas épocas complejas y de crisis estructural mundial.

Como vemos por todo el mundo, la política se ha degradado, se ha podrido porque personajes como Trump u otros enfermos mentales, son políticos normales. Cavernarios asesinos como el judío Netanyahu son elegidos democráticamente. De esos existen demasiados por todo el mundo. Ya no existen los Mujica o Mandela, porque perjudican a los más cabrones pragmáticos que sólo ven en la política un medio de corrupción, y asalto a las arcas de todo.

Los revolucionarios pasaron de moda. Se detuvieron allá en los años 70 y 80 del anterior siglo. Cuando la revolución estaba a la vuelta de la esquina, y era sólo cuestión de tiempo para saltar a las trincheras de la revolución. Esos, en general, ya forman parte de los rotundos fracasos de aquella generación. Son los fracasados más interesantes que haya producido la política. Los fracasados románticos. En el caso de Europa son incluso muchos gobernantes, que bombardean varias partes del mundo, fieles esclavos de la OTAN y  el reordenamiento capitalista actual.

El mundo ha cambiado radicalmente. Los escenarios de confrontación son otros, los tipos de explotación no están analizados ni estudiados, sino como esquemas parecidos a los de los años de la guerra fría. Hoy existe más información que nunca antes; pero paradójicamente los jóvenes son más analfabetos para la política, para la organización política y las ideas políticas. Son más esclavos de las redes, que creadores de ideas o de formas y acciones políticas. Cierto también que la globalización ha influido en el contacto de los jóvenes con el mundo. Con sus cosas buenas y malas. Cierto es que el postmodernismo les hecho mucho daño, pues los relativismos extremos son dañinos y perjudiciales.

A pesar de tantos avances en las ciencias y las tecnologías, la pobreza y la miseria siguen avanzando por todo el mundo. Las injusticias se han agrandado de manera preocupante, pues el narcotráfico, la trata de personas que es esclavismo moderno, el tráfico de órganos terrible y la venta de armas junto a las finanzas oscuras, han desestructurado el mundo y gobiernos enteros han caído en esas garras que sólo ocasiona más injusticias sociales.

El nuevo siglo XXI parecía y prometía mejores perspectivas humanas. Sin embargo, este siglo es peor que el siglo XX. La muerte y las guerras se han esparcido por doquier, porque el capitalismo ha pasado a la fase monstruosa de dominar todo, aun sea a costa de la sangre y el sacrificio humano.

Las nuevas generaciones tienen que comprometerse para resolver estos enormes desafíos. Junto a las preguntas sobre el sentido del Estado en este siglo y milenio. Las nuevas generaciones tienen que comprometerse con su tiempo, con las preguntas de su tiempo, con las preguntas más importantes de su coyuntura histórica.

Quizás rescatar los conceptos de Revolución; quizás rescatar las utopías más puras de los anteriores siglos. Tareas necesarias y urgentes ante tanta podredumbre humana, ante tanta podredumbre en la ausencia de básicos actos de moral y ética en las cosas. Pues los discursos han reemplazado a los hechos y las prácticas en favor de los demás. En todo caso, las nuevas generaciones tienen la responsabilidad de tomar el timón de sus destinos, de los destinos de la Patria y la Nación.

Las herencias y los fracasos anteriores son por supuesto insumos importantes. Hay herencias importantes; como tragedias y miserias humanas también. Pero ya requieren, las nuevas generaciones, actitud clara ante sus escenarios actuales. Los jóvenes que están fuera del país, tienen tanto que hacer como los que están dentro.

Tenemos que soñar en este bello y rico país. Esto es lo único que tenemos. Comprometerse con los destinos de esta Patria es lo más importante. Los fracasos nos hacen mucho daño al espíritu y dañan más de la cuenta a los  más pobres, a los más vulnerables de la Nación que todavía son millones. Es injusto y no es moral. Pues seamos revolucionarios para estos tiempos, tan complejos y desafiantes como los anteriores tiempos.

El Periódico Digital OXIGENO.BO, es desarrollado y administrado por Gen Film & Crossmedia Ltda. Teléfono: 591-2-2445455. Correo: info@gen.com.bo