Palestina o el ocaso de Occidente
El genocidio de Palestina es el ejemplo brutal más importante de la historia moderna, que nos muestra de manera sencilla y didáctica lo que en realidad fue la historia moderna, es decir la historia del capitalismo, es decir la historia del colonialismo.
Desde hace muchos años se escribe por todo el mundo sobre el ocaso de occidente. Al parecer por fin llegó ese momento. Ha tenido que ser con sangre y genocidio del pueblo palestino, que occidente se hunda en su propia podredumbre moral, podredumbre humana que al haber destruido el mundo desde siempre, hoy vean su espejo propio: hipocresía y real politik con sangre y colonialismo frente a otras culturas y maneras de ver el mundo.
El genocidio de Palestina es el ejemplo brutal más importante de la historia moderna, que nos muestra de manera sencilla y didáctica lo que en realidad fue la historia moderna, es decir la historia del capitalismo, es decir la historia del colonialismo. Ese colonialismo que requirió clases altas y oligarquías en el sur del mundo, totalmente esclavas y sumisas al capitalismo. Clases altas sin patria ni Nación, totalmente analfabetas de las realidades de los países colonizados pero explotadoras en función de esos interesantes del capitalismo central.
El genocidio de Palestina demuestra con total claridad a la política de occidente. Con bellas palabras democráticas de solidaridad con el mundo; pero crueles y totalitarios respecto de sus brutales intereses. No les interesa la vida, pueden asesinar impunemente niños y ancianos como en Palestina. Porque lo geopolítico y económico son para ellos lo más importante. Para ellos somos sólo víctimas colaterales: migrantes, racismo, castigos económicos a países enteros. Las NNUU son un instrumento en esos intereses, como siempre demostraron en estos tantos años de esa institución totalmente inútil para los pueblos colonizados.
Sin embargo, caminar a otro mundo más justo es todavía lejano. El capitalismo es muy fuerte, y muchos de los líderes del sur del mundo simplemente son payasos del sistema, o ignorantes de estos tremendos problemas. No tenemos todavía alternativas al sistema vigente. El Vivir Bien podría ser una alternativa; pero nuestros dirigentes no piensan al respecto, sometidos a la mentalidad actual y al sistema.
Necesitamos pensar con sentido propio. Necesitamos deshacernos de toda la modernidad que ofreció mucho y no hizo nada por la vida. De eso tenemos ejemplos demasiados en Bolivia: la llamada oposición política, que pensar es exigirles mucho. También en filas de la izquierda, pues siguen en esquemas tradicionales e incluso cavernarios respecto de lo que está hoy sucediendo en el mundo.
La sangre de los palestinos ojalá sea por fin un cambio de época. Un cambio que tardará mucho en hacerse realidad. La toma de consciencia de los pueblos tarda en materializarse en hechos políticos. Pero que la sangre de los palestinos sea el inicio de un cambio real y paradigmático, porque la destrucción del mundo es cotidiana y fundamentalmente injusta. El sistema capitalista sólo multiplica la explotación, la expoliación, la destrucción del mundo y la hipocresía de la política real.
Necesitamos ser nosotros mismos y no pantomima del sistema. Eso es por cierto pensar desde nuestras propias realidades, desde nuestras propias visiones del mundo. Hasta hoy sólo copiamos al sistema, sólo remedamos a sus ciencias. No hemos hecho el salto que tenemos que hacer: pensar con sentido propio.
Ojalá las nuevas generaciones curen por fin las enfermedades de la modernidad: mediocridad, hipocresía, flojera en el pensar y estudiar, no hacer heterodoxia con el conocimiento sino sólo ortodoxia por la flojera en el pensar. Las mentes son esclavas de la era moderna colonial. Las nuevas generaciones tienen que hacer la revolución en liberar a las mentes de la esclavitud del sistema, para pensar con sentido propio. Eso es mucho trabajo serio por nuestras propias ciencias.
La sangre de los palestinos ojalá sirva por fin para un cambio real del mundo colonizado por el capitalismo sangriento e hipócrita. Ese capitalismo que bombardea pueblos enteros todos los días, y después reza a Jesucristo por los muertos que ellos producen. La sangre de los palestinos que no sea en vano.
La sangre de los palestinos tiene que servir en el tiempo, para un antes y un después en la historia del mundo, sobre todo en nuestra historia. Historia plagada de esclavos de occidente, que sólo ven con ese ojo colonial o republicano, que además fracasaron estrepitosamente en la conducción de nuestra patria. Y vemos en estos días su fracaso en todo el sentido de la palabra por todo el mundo.
El ocaso de ese occidente cavernario es evidente en Palestina. Ese occidente que dizque es civilizado, educado, tecnologizado, cristiano, ético y moral. Pero que su mentalidad sigue siendo el cavernario y troglodita: bombas atómicas, física cuántica sólo para construir armas de destrucción masiva. Porque reemplazaron sus piedras y palos por bombas atómicas y robots de inteligencia artificial para destruir al prójimo, si es entiende qué significa prójimo.
El genocidio de Palestina debe dar lugar a un nuevo tiempo. A una nueva Pacha. Hacia un caminar a un mundo mejor y menos contaminado por occidente. Que el genocidio de Palestina sea el inicio de un nuevo despertar, cultural, civilizado, democrático por fin. Que la sangre de los niños y mujeres de Palestina sea realmente una toma de consciencia humana.