Homenaje a la gloriosa Federación de Mineros
La Federación de Mineros seguirá siendo una institución importante, porque la historia de la minería en Bolivia tiene mucho por delante: quizás siglos.
El gran historiador Gustavo Rodríguez, nos dejó como legado sus enormes aportes respecto del proletariado minero en Bolivia, sobre todo en sus sospechas teóricas que ojalá las nuevas generaciones de historiadores terminen de investigar. Porque la historia del proletariado minero está íntimamente ligada a la historia del capitalismo en Bolivia, es decir a la historia de la entrada del capitalismo como sistema a este país. Pero además, la historia del proletariado minero, está totalmente vinculado a la historia de las reivindicaciones sociales. Es decir, a la lucha por la sobrevivencia y la construcción política e ideológica en defensa de los más pobres y explotados del sistema.
En esta línea, la historia de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), es una parte importante de las trincheras de lucha del proletariado minero, a lo largo del siglo XX y también en este siglo XXI. Fundada en 1944 en un congreso minero de Huanuni, (Oruro) en momentos donde se libraban batallas contra la rosca minero feudal. Su recorrido en tantos años de gloria, de resistencias en todas las dictaduras militares como civiles y en fortalecimiento a los mismos procesos democráticos actuales.
Sin embargo, son otras épocas ya lejanas de aquellas que fueron en el siglo XX. Épocas cargadas de incertidumbre para el mismo proletariado minero. Sumido en el llamado postmodernismo, donde los temas de ideología y política ya no son precisamente sus temas de interés. Son épocas pragmáticas por cierto, egoístas e individualistas a pesar de procesos de cambio en nuestra región.
La Federación de Mineros seguirá siendo una institución importante, porque la historia de la minería en Bolivia tiene mucho por delante: quizás siglos. Eso ha demostrado nuestra historia reciente, cuando el gas y el petróleo están en crisis es la minería otra vez de manera estructural la que sobresale. Sigue siendo un reto hacer de la minería un lugar moderno, industrial y con mejores perspectivas en el cuidado del medio ambiente. Lo cierto es que la minería seguirá siendo un medio de vida para millones de bolivianos, como para el mismo Estado.
Las nuevas generaciones de mineros, no deben olvidar su rica historia social y de entrega al país. Historia de ejemplos como la nacionalización de la minería, como la resistencia colectiva y de clase frente a dictaduras. Historias aun no investigadas, sino bajo el manto de relatos políticos como ideológicos, que son herencias de gloria del proletariado minero aun a develar para las nuevas generaciones.
Los mineros siempre fueron una mezcla explosiva entre indígena y marxismo, que respondieron en todos los momentos que el país necesitó enfrentarse a la antipatria. Los mineros en su inmensa mayoría provenientes de las comunidades quechuas o aymaras, tuvieron que acostumbrarse a las imposiciones del sistema capitalista: costumbres, idioma, hábitos sindicales, educación, en suma maneras de ser que el sistema capitalista necesitaba en la explotación. Y cuando hablamos de los campamentos mineros, tenemos que referirnos a una cultura minera como complejidad cultural y de costumbres también.
Precisamente la Federación de Mineros, es la gran depositaria de esa enorme y rica historia minera. En una inclinación social, como referente en las luchas sociales y políticas, de reivindicaciones económicas, como de conquistas sociales a lo largo del tiempo.
En pocos días la Federación de Mineros cumplirá 80 años de vida. De vigencia en la memoria del proletariado minero. En la memoria corta y larga de su historia. Su importancia no está en discusión; pero sí su papel en estos tiempos complejos. Antaño fue substancial en las referencias políticas nacionales. Hoy tienen que recuperar esa perspectiva, porque los peligros son los mismos de ayer.
La recuperación de los discursos, de los relatos políticos desde la posición del proletariado es demasiado importante. Porque proletarios hay más que nunca. Y necesitan referentes de lucha y reivindicaciones sociales, desde la clase social como desde la posición política. Necesidades de identidad frente a los acontecimientos históricos, que seguirán siendo fenómenos exigentes en todos los tiempos de la historia.
Es verdad que la coyuntura es totalmente distinta. Las condiciones ideológicas como políticas requieren de otros análisis, que respondan desde las necesidades de las bases a las exigencias de estas épocas. El crecimiento de las posiciones conservadoras e incluso de ultraderecha, es uno de los desafíos que el proletariado debe enfrentar. Desde la crítica, desde posiciones realmente responsables para enfrentar los nuevos y viejos desafíos.
La Federación de Mineros no debe olvidar a los grandes dirigentes que tuvieron. A su turno, enfrentaron los distintos escenarios de la política y la historia de Bolivia. Muchos ya están muertos, natural o en situaciones extremas de lucha obrera. Esa es la herencia más importante de su historia, como no olvidar a tantos anónimos que entregaron sus vidas en defensa de la Federación de Mineros.
Los tiempos a enfrentar siguen siendo desafiantes. Los proletarios nuevos tienen que llevar la bandera de la Federación de Mineros, de su herencia de lucha y combate por hacer de Bolivia un país más justo y solidario.
Gloria a la Federación de Mineros!!!
La Paz, 8 de junio de 2024