Opinión
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Max Raúl Murillo Mendoza
03/06/2024 - 14:07

Clases medias y Proceso de Cambio

El caso de las clases medias requiere un tratamiento especial, pues en el caso de Bolivia son parte esencial de las historias de racismo y marginación hacia las otras clases. 

El concepto de clases medias sigue en debate y en disputa en la complejidad de Bolivia. Con el proceso de cambio el debate ha sido más intenso, pues indígenas, proletarios y clases empobrecidas no les ven con buenos ojos por sus tradicionales posturas, que devienen desde la colonia, de oportunismos en todos los procesos sociales, sean de izquierda o derecha. Las clases medias, o clases a medias, comodonas y oportunistas desde siempre en Bolivia, nunca entendieron las razones históricas por las cuáles los proletarios, indígenas y clases empobrecidas interpelan al Estado. Pero siempre se favorecieron de las burocracias de todos los procesos sociales, eso sí saben hacer y son muy pragmáticas. 

No tenemos investigaciones en temas de racismo y marginación, desde el Estado, sino ensayos diversos que se han realizado en estos años. El caso de las clases medias requiere un tratamiento especial, pues en el caso de Bolivia son parte esencial de las historias de racismo y marginación hacia las otras clases. 

Además hay que entender que los temas de marginación no sólo son respecto a lo económico, sino a lo mental costumbrista, es decir a aspectos que no son objetivos, sino subjetivos y totalmente invisibles. La historia de la discriminación es cotidiana, son códigos secretos de comportamientos culturales y no culturales que sirvieron desde siempre para marginar, para eliminar la participación del otro. En todo eso, pues las clases medias son especialistas.

Aquel proyecto movimientista, en los años 50 y 60 del anterior siglo, de mestizar a la población fue un rotundo fracaso. Si bien los sectores mestizos crecieron cuantitativamente, como culturalmente, no terminó precisamente en un país integrado. Las clases medias movimientistas eran tan racistas como aquellos que ellos combatieron en los discursos. Pero sí se arrimaron al Estado del 52, para boicotear desde adentro ese proyecto revolucionario de cambio.

Más allá de las discusiones técnicas y económicas, sobre el concepto de clase  media, en Bolivia es un tema profundo de mentalidades, de costumbres, de imaginarios y maneras de ver este país. Porque en Bolivia la discriminación es disimulada, sofisticada. Aprendizajes que se realizan en las costumbres íntimas de los comportamientos y códigos, sobre todo de las clases medias. Códigos que después trasladan a instituciones, como el Estado, desde donde ejercen maneras sofisticadas, burocráticas, de discriminar y marginar a obreros e indígenas.

En el Proceso de Cambio, no han cambiado esos comportamientos de clases medias. Pues son códigos antiguos e instituidos, profundos que devienen de siglos de comportamientos pigmentocráticos. Comportamientos que no les dejan entender realmente en qué consiste este país.

Ciertamente que las clases medias están en posiciones claves en el estamento social. Su participación es por demás importante en lo económico y social. Tienen espacios clave como las universidades, instituciones privadas, fundaciones. Tuvieron en la política  figuras estelares, respecto del compromiso político con los trabajadores e indígenas. Como en la guerrilla de Teoponte, por ejemplo. Además de dirigentes importantes de la izquierda tradicional, e intelectuales que aportaron con sus ideas en el país.

En la historia de este país,  han sido favorecidos por el sistema colonial y republicano: idioma, política, Estado, educación, y poder. Sin embargo, tienen que entender las características de las otras historias de Bolivia. De las otras miradas y maneras de sentir y ver este mismo espacio. Que mineros, indios, campesinos y pobres de las ciudades interpelan desde siempre al Estado, buscando justicia y que sean escuchados, sobre todo. Pero es también cierto que en todas las clases sociales se cuecen habas; no hay taza de leche en ninguna clase social.

Como insisto, no tenemos investigaciones de estos complejos fenómenos sociales. No tenemos investigaciones sobre las clases sociales. Lo mío son visiones empíricas de la experiencia, pues me permite ver desde los lugares sociales de dónde venimos, quiénes no somos de clases medias. Es por tanto, necesario descifrar estos complejos procesos sociales para que aprendamos de mejor manera a convivir, a compartir con más justicia las instituciones y todo lo demás en lo económico y social.

Las clases medias tienen que tomar consciencia sobre lo que está sucediendo, sobre los procesos sociales, sobre las demandas históricas de pueblos indígenas y proletarios. No sólo aprovecharse de las circunstancias para estar en la burocracia. Afirmo categóricamente que ni siquiera el Proceso de Cambio les está haciendo cambiar, de lo que ya son desde la colonia. Excepciones siempre hay; pero una golondrina no hace la primavera.

Para hacer en serio un Estado inclusivo y real, requerimos tomar consciencia todas las clases sociales. Sino seguiremos nomas repitiendo errores del pasado, que nos han llevado a odios y resentimientos profundos. Las clases medias tienen los medios para hacer esos cambios profundos. Tienen instituciones y posibilidades como instrumentos; necesitan fe y ganas de realmente cambiar como clase, como sector social dispuesto a compartir este país desde la justicia y lo inclusivo.

Las clases medias tienen que saber definitivamente que son obreros, indios, campesinos y clases pobres de las ciudades, quiénes abren brechas de esperanzas y Procesos de Cambios. Revoluciones y Revueltas. Estos sectores son los que derraman desde siempre su sangre, en función del país. Las clases medias sólo se favorecen después de todo eso. Pero necesitamos que cambien realmente, para cambiar entre todos por fin este bello país.

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