Opinión
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Max Raúl Murillo Mendoza
21/05/2024 - 18:14

¿Que hacemos con los judíos en Bolivia?

Los judíos en Bolivia tienen que saber en el país en que están. No pueden ser colonia cerrada, es decir sin respetar las costumbres y mentalidades de nuestro país.

El sionismo mundial se ha destapado con el genocidio de Palestina. Es decir, con el encubrimiento de los gobiernos occidentales en esa masacre racista, colonial e imperial. Los gobiernos árabes también se han visto en su realidad completa: complicidad con el sionismo. Esas oligarquías árabes no se arriesgan a defender a su propia sangre, sino seguir nomás con sus negocios con el mundo occidental y sionista. Pues el modelo capitalista es eso, negocios sobre la sangre de los pueblos. La historia nos ha ratificado muchas veces esa receta capitalista. Negocios son  negocios, no importa la destrucción del mundo: del hábitat ni del humano.

En Bolivia tampoco hacemos mucho. Quizás por consciencia de que somos periferia de la periferia, donde no tenemos influencia alguna en el mundo. Quizás por el momento de crisis política profunda que pasamos. Si vemos las universidades, por ejemplo, no tienen idea de lo que está sucediendo en el mundo; ni lo que sucede en nuestro país. Las federaciones de estudiantes hoy no son ni mínimamente revolucionarias. Están sumidas en la corrupción generalizada para sacar ganancias como sea. Están en competencia en cómo corromperse; no cómo hacer protagonismo político.

No hubo ninguna marcha multitudinaria por Palestina. Cuando en varias partes del mundo, incluido los propios Estados Unidos, los estudiantes y el pueblo en general están en las calles reclamando a occidente que frene el genocidio en Palestina. En Bolivia pues nos sumergen las pequeñas cosas de la política, hasta nublarnos de los acontecimientos que marcarán un antes y un después en el mundo. Ni modo.

Sin embargo, Bolivia tiene una colonia de judíos llegados en distintas épocas de nuestra historia. Hay los llegados durante la segunda guerra mundial, que eran unos miles. Y hay de todo, como en cualquier grupo humano. Los buenos y los no tan buenos. De hecho los judíos fueron nomás parte de los planes racistas de las oligarquías criollas, para blanquear al país. Porque eran los planes más importantes de las clases altas en toda la historia de Bolivia.

Hoy esas colonias judías no dicen nada respecto del genocidio en Palestina. Su silencio es cómplice de lo que sucede con el gobierno criminal de Israel. Considero que el gobierno de Bolivia tendría que tomar cartas en el asunto. Cierto que es un tema delicado; pero si la inacción es  nomás cómplice de lo que sucede, tendríamos que empujar a nuestros líderes a ejercer algún tipo de presión para hacer que los judíos reaccionen contra ese genocidio. O pues, los gobernantes de Israel sepan que puede haber consecuencias mundiales de sus hechos criminales.

Los políticos tontos de Estados Unidos, siguen ciegos frente al mundo. Sólo tenemos que ejercer soberanía respecto de Palestina. Insisto en que quedarnos sólo con las noticias, es realmente complicidad e inutilidad como país. Es seguir siendo periféricos y tercermundistas, esperando las migajas del norte. Porque podemos ejercer soberanía solidaria con naciones, como Palestina, que están sufriendo en carne propia colonialismo y racismo. Fenómenos que también hemos sufrido en estos siglos y aun no acabamos de liberarnos, porque tenemos errores internos que no nos permiten cumplir los sueños de nuestros ancestros.

Sólo los pueblos conscientes son los portadores de su libertad. Los pueblos esclavos no pueden por supuesto ejercer nada. Nosotros somos conscientes de que si no ejercemos nuestros derechos en concreto, seremos esclavizados por el poder del sistema. El derecho a la protesta en solidaridad con el pueblo Palestino, es un llamado para hacer frente a la soberbia e impunidad del sistema occidental. 

Los judíos en Bolivia tienen que saber en el país en que están. No pueden ser colonia cerrada, es decir sin respetar las costumbres y mentalidades de nuestro país. Este país les acogió en solidaridad a lo que sufrieron, sobre todo durante la segunda guerra mundial. Por tanto, tienen que saber que las consecuencias de quedarse tienen que ver con asumir nuestras costumbres, nuestras banderas, nuestro himno nacional y nuestra constitución. Lo contrario, les invitaría a dejar de ser bolivianos y en efecto dejar nuestro país.

La política internacional nos empuja a ser más estratégicos con el mundo. Es una transición compleja que por hoy no sabemos a dónde se dirige. Al menos sabemos que se termina por fin el mundo unipolar injusto y depredador. Ese de los lindos discursos hipócritas en las NNUU, y de los bombardeos de tantos países y regiones, causando millones de muertos en nombre de la democracia y la libertad.

La política internacional nos exige determinación desde nuestra soberanía. Hoy determinación en favor del pueblo palestino. Nos exige que pidamos una postura clara a los judíos bolivianos. Nos exige que desde la periferia podamos ejercer algún tipo de presión, contra la impunidad de los asesinos de Israel. En definitiva, que no seamos inútiles frente a la historia; frente a los exámenes que nos pone la historia.

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