La CIJ da luz verde para el genocidio en Palestina
En términos de la misma filosofía occidental, los occidentales han perdido toda brújula ética y moral para referirse al mundo. Sería estúpido, no sólo ingenuo, seguir soñando que algo bueno saldrá de occidente para el mundo.
La Corte Internacional de Justicia de la Haya, lanza un informe cursi a la altura de los genocidas de Israel, por lo que los judíos tienen permiso para seguir asesinando niños, mujeres y jóvenes en Palestina. Dicho informe es un simple tirón de orejas a los matones de Israel; pero no exige parar los bombardeos ni los asesinatos en masa, sobre todo en Gaza. Así, otra vez, la culta, civilizada y educada civilización occidental, vuelve a mostrar su verdadero rostro sangriento frente a todo el mundo. Los “democráticos” occidentales ya no tienen más argumentos respecto de su tipo de “democracia”, y pues ya nada tienen que enseñar al mundo.
En términos de la misma filosofía occidental, los occidentales han perdido toda brújula ética y moral para referirse al mundo. Sería estúpido, no sólo ingenuo, seguir soñando que algo bueno saldrá de occidente para el mundo. Es una larga historia que empieza en el siglo XVI. Historia en donde la soberbia y prepotencia de la civilización occidental, sólo siembra de esperanzas vacías, de engaños y saqueo económico por todo el mundo.
Sus abogansters de la Haya, que supuestamente velan por la paz mundial, demuestran también su complicidad con los asesinos del poder sionista mundial. Profundizando el rencor y la bronca en el mundo. Por supuesto que los postulados de la radicalidad, crecerán en el mundo alimentando los atentados contra los sectores criminales del sionismo. Alimentando también la desconfianza en quiénes, como los abogansters de la Haya, tienen que cuidar el planeta de los excesos de los matones como los judíos.
El descrédito y la hipocresía occidental ha llegado a límites inverosímiles; lo cual es interesante cuando se destapan los verdaderos rostros de la diplomacia gringa. Diplomacia sucia y de alto nivel, donde vemos con absoluta claridad que su “democracia” es apenas un fantoche, un juego de poderes donde los pueblos nada dicen, y poco poder tienen en esos hilos de las oligarquías del norte.
Los terroristas del Estado judío, peligrosos locos al mando de un país nuclear, se ríen todos los días de las “recomendaciones” occidentales. Para ellos los objetivos son claros: genocidio total en Palestina. No necesariamente estamos hablando de armas, en términos de las cavernarias formas de diplomacia occidental, sino de consensos y actuaciones de los poderes del norte que pueden frenar a los asesinos del Estado judío. Vemos que los intereses son demasiado poderosos, que el Estado judío es parte del engranaje imperial en aquellas regiones, por lo que la burla de los gobernantes de Israel se explica en ese sentido.
Los gringos no quieren Torres gemelas; pero son los culpables de cómo están las cosas en el mundo. Que su actitud colonial e imperial, solamente alimentará una cadena de desprestigio y radicalidad de los pueblos. Los gringos no quieren bárbaros por el mundo; pero son ellos los que provocan cuando saltan y violan sus propias reglas y leyes, destruyendo toda posibilidad de convivencia civilizada en el mundo. Que su cinismo, a pesar de la sangre, tiene nomás límites en este planeta. Los gringos se jactan en que son los más poderosos, no en términos éticos ni morales, sino en términos totalmente cavernarios y de comportamientos no civilizados, y no consideran ni leen sus propias experiencias, que todo eso tiene límites: Vietnam, Afganistán, Irak.
Las actitudes poco democráticas del mundo gringo occidental, tienen que exigirnos acelerar los pasos hacia un mundo multilateral en todo el sentido de la palabra. La peligrosidad de la soberbia occidental tiene que enseñarnos a construir tejidos sociales, fuera de las latitudes de las consideraciones gringas. No han resueltos sus pecados del pasado. Creen que siguen en el siglo XVI, donde sus piratas y mercenarios se encargaban de robar por el mundo, para las arcas del capitalismo y mercantilismo occidental.
Lo más terrible y cínico del genocidio en Palestina, es la caída en picada de lo poco que le quedaba al mundo gringo en lo ético y moral. Es decir, en las últimas preguntas y respuestas que los humanos tenemos antes de caer en el abismo. Sin embargo, sus medios de comunicación se esfuerzan en encubrir de manera farisea lo que realmente son, por lo que se justifica totalmente la búsqueda de alternativas a ese horror del capitalismo guerrero y brutal.
El escenario de Palestina es suficiente argumento, realmente ético y moral, para darnos la razón a otros pueblos, a otras mentalidades, a otras historias fuera de occidente, para volver a construir un mundo más humano, menos mercantil y contaminante. Menos materialista mercantil, donde los sentimientos humanos estén primero y no la riqueza pues esa manera de ver el mundo, sólo nos está destruyendo. Hay que salir de ese torbellino occidental, son sólo espejitos brillantes y peligrosos.
Si queremos salvarnos de la locura occidental, tenemos que crear un nuevo tablero de ajedrez mundial. Una nueva ética; una nueva moral y una nueva convivencia entre civilizaciones que deseen curar y cuidar el planeta. Más claro agua: buscar el Vivir Bien.
La Paz, 28 de enero de 2024