En defensa de la pareja Hombre y Mujer / Mujer y Hombre
La nueva disposición que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo en Bolivia, es compleja y cuestionable. Para empezar, se supone que debe emitirse una Ley específica del Estado aprobada por la Asamblea Legislativa, misma que es susceptible de impugnación ante el Tribunal Constitucional, puesto que la CPE no hace referencia a este tipo de uniones; NO un simple ”comunicado” emitido por servidores públicos del Órgano Supremo Electoral que carecen de competencia para arrogarse semejante disposición.
La nueva disposición que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo en Bolivia, es compleja y cuestionable. Para empezar, se supone que debe emitirse una Ley específica del Estado aprobada por la Asamblea Legislativa, misma que es susceptible de impugnación ante el Tribunal Constitucional, puesto que la CPE no hace referencia a este tipo de uniones; NO un simple ”comunicado” emitido por servidores públicos del Órgano Supremo Electoral que carecen de competencia para arrogarse semejante disposición.
Este hecho se está haciendo malamente común en las entidades públicas, puesto que debemos enterarnos de sus arbitrariedades encontrando “hojitas” pegadas en letra menuda en las puertas de sus dependencias , como bandos de mala muerte, donde recortan horarios de atención o sacan nuevos requisitos para sus burocráticos trámites.
La pareja humana normal consiste en la unión de un hombre y una mujer, de una mujer y un hombre. Punto. Así de simple. Las otras uniones del espectro LGTB , siempre y cuando no perturben o hagan ostentación escandalosa de su elección a los demás, es su problema. Cada quien sabe lo que hace de su vida y su cuerpo mientras no molesten a nadie.
Pero, pretender a la fuerza, como una orden , como una imposición, su reconocimiento a la mala, haciéndose las víctimas , en detrimento de los heterosexuales que en buen castellano somos la gente común y normal que es la mayoría, endilgándonos todo tipo de adjetivos como “intolerantes” , “racistas” , “homófobos “, “gente que odia”, con la absurda pretensión de penalizar por siquiera comentar sobre ellos , es ridículo, infame e injusto .
Peor aún permitírles la adopción de niños o niñas, quienes son seres en formación, sensibles, vulnerables e inocentes, que requieren orientación adecuada, para no sufrir confusiones. Y ojo, los riesgos y abusos que existen con la gente común, también existen en la personas LGTB.
Muchos artistas, compositores, escritores que hicieron Historia fueron gente LGTB , respetables, admirables y notables desde todo punto de vista. Pero estas personas, no utilizaron su elección sexual para ser recordados, sino por sus aptitudes, por sus talentos innatos que los hicieron únicos. No interesaba con quienes andaban o se acostaban. Importaba su aporte, su genialidad. Esa es la diferencia con los promotores de estas “leyes”, sus aptitudes son nulas , desconocidas, su único logro es enrostrarnos su conducta, tratar de imponernos su vida personal que no interesa a nadie.
El haber colgado una bandera del arcoíris en el Palacio Consistorial de La Paz, es arbitrario, abusivo y unilateral. Es una toma de posición que no representa a la gran mayoría de la ciudadanía. Las instituciones representan a todos, no a un sector minoritario. Se busca congraciarse con una minoría denigrando al resto. Pésimo.
Por lo anterior, un colega y amigo, muy religioso y conservador, manifestó su opinión defendiendo a la unión heterosexual y fue atacado virulentamente por gente que le “exigía disculpas” hacia la comunidad LGBT. Yo no comparto muchos de sus puntos de vista, pero respeto su opinión y en este caso apoyo su posición. Hipocresía e “impostura light” de gente que se da” tolerante y amplia”, pero que pondría otra cara si el problema toca su puerta, a su familia o sus allegados. Allí sería bueno verlos opinar y contemplar su “rostro tolerante”.
Yo defiendo la unión de la pareja de Hombre y Mujer/ Mujer y Hombre. Llámenme retrógrado, conservador e intolerante. Yo me llamaría gente común y normal. Y verán congelarse el infierno antes que yo pida disculpas a alguien por defender lo que creo.