La Paz, 8 julio (ABI).- El jefe de la Iglesia Católica, la principal en la laica Bolivia, redimirá el miércoles al jesuita hispano-boliviano Luis Espinal Camps, brutalmente asesinado por la dictadura militar boliviana en marzo de 1980.

Francisco descenderá de la movilidad que lo trasladará de la ciudad de El Alto, la primera de las 3 ciudades bolivianas que recorrerá, a La Paz, para bendecir el lugar donde fue encontrado el cadáver de Espinal Camps el 21 de marzo de 1980.

El sacerdote jesuita, un cineasta que dirigía un semanario de denuncia de los crímenes de la dictadura que gobernó Bolivia entre 1964 y 1980, fue sometido a una tortura antes de que paramilitares le dispararan 16 veces hasta segarle la vida.

Espinal Camps forma parte del martirologio de Bolivia, el país de mayor inestabilidad política del siglo XX sudamericano.

Espinal Camps se ha convertido en el ícono de los derechos humanos de Bolivia.

En medio de pedidos para que Espinal Camps sea beatificado, Francisco honrará la memoria de su correligionario que, desde las letras y el periodismo, combatió a la más cruenta dictadura de Bolivia.

Horas antes que Francisco se acerque al sitio donde vecinos hallaron al cuerpo de Espinal Camps, la Alcaldía de La Paz inauguró un Mirador en el lugar que por obra del Santo Padre adquirirá celebridad internacional.

Se trata de un punto conocido como Limanipata, en un recodo de la carretera que vincula El Alto con La Paz.

A la lucha de Espinal Camps se le atribuye, en gran medida, la restauración de la democracia boliviana el 10 de octubre de 1982.

El general Luis García Mesa y su ministro de Interiores, el entonces coronel Luis Arce Gómez, fueron juzgados y encontrados culpables por el asesinato de Espinal Camps.

Ambos cumplen desde 1994, el primero, y desde 2009, el segundo, condenas de 30 años de cárcel sin derecho a indulto en el penal de máxima seguridad de Chonchocoro, a 12 km de La Paz.

Los esbirros de ambos, entre ambos un luchador callejero y otros suboficiales del Ejército boliviano, fueron sentenciados a penas menores como los paramilitares que torturaron y ejecutaron al sacerdote.

Coronado por un crucifijo de madera tallada de unos 15m de altura, Licumani o Plan Autopista pasará desde este miércoles a ser un santuario, emplazado a 500 metros de un tótem (o waca) andino convertido por posesos en lugar de adoración de Lucifer.

Maquinaria pesada limpió el  emplazamiento a principios de semana para evitar la realización de rituales paganos en el lugar.