Chile, 27 de junio (Mané Montalvo para Oxígeno).- Como en todos los buenos “westerns”, el héroe de la película tiene que sufrir algún largo exilio para luego volver triunfante. Cuatro años duró el exilio del Apache. Y ayer regresó…

Cuatro años atrás, en la definición a penales entre la Argentina y el Uruguay, Carlos Tévez falló el penal decisivo que atajó el gran arquero Muslera. Ese 17 de julio de 2011, la selección argentina jugaba con la polera azul alterna, y no con la mágica albiceleste que todos conocemos. Argentina, dirigida por Sergio Batista, abrió la serie con Messi al igual que lo hizo anoche en Viña, en el estadio Estanislao López de la ciudad de Santa Fé. Carlos Tévez, que venia de una mala temporada en el City tomó el tercer penal, la pateó a la derecha de Muslera, bastante anunciado y Muslera la tapó. Luego Cacéres metió el 5-4 definitivo y Uruguay paso a semis, a la postre Campeón de la Copa América.

En esos cuatro años se criticó mucho al “apache” Tévez por esa desconcentración fatal, fue “exiliado” y como todos sabemos no estuvo en la nomina de Sabella, de la selección subcampeona del mundo en Brasil 2014. Fue así que la Argentina no tuvo a uno de sus delanteros más brillantes de la historia en esta competición y en la dura final contra Alemania en el Estadio do Maracaná que tuvo que definirse en el alargue.

Cuatro años después, en el estadio de Viña del Mar, luego de una serie de penales extenuante donde se pasaron los cinco tiros reglamentarios y se llegó a los disparos de “muerte súbita”, Tévez salió del mediocampo con mucha confianza, como diciendo a sus compañeros “no se preocupen muchachos que yo defino la serie”. Tévez tomo el balón, y disparó a la derecha de Ospina, fuerte, al mismo lugar que hace cuatro años y llevó a la Argentina a semifinales, frente al ganador de Brasil-Paraguay, el encuentro decisivo de hoy. Linda revancha del fútbol.

El partido fue un monólogo de la Argentina. Como dijimos al principio de la Copa América, se cumplió cabalmente la “maldición del favorito” que persigue a Colombia desde siempre y ni James ni Falcao, totalmente desdibujados, fueron el líder cafetalero que requería este gran equipo. La Argentina, fiel al estilo bielsista del Tata Martino, fue una aplanadora rioplatense con el motor en turbo. Colombia y sus defensores golpearon a Messi bajo la pasividad total del colegiado. De hecho, el árbitro mexicano no le cobró dos claros penales a favor de la selección argentina.

Ospina fue como siempre un espectáculo para los hinchas del futbol. Una doble-tapada (claramente la acción mas destacada en este puesto de toda la Copa América), una volada en la línea y un par de salidas a “vencer o morir” demostraron por qué David, el gran guardameta nacido en Antioquia, milita con gran nivel en el Arsenal de la liga Premier inglesa. Ospina cumple a cabalidad aquella máxima de que “contar con un buen arquero es tener medio equipo” y es gracias a él que llegaron a los penales. Y ojo, que en todos los tiros argentinos de la definición, Ospina va al lugar donde va el balón. De igual manera el portero Romero, quien contuvo uno y casi contiene otro, a pesar de que llega “frio” a los penales dado que Colombia no llegó ni una sola vez en todo el partido al arco argentino. Por suerte para el Tata, Romero es un “habitué” de tapar penales decisivos como lo sabemos desde Brasil 2014.

Queda que el Apache ha vuelto no solo a la selección, sino también a su amado Boca, rechazando jugosas ofertas del futbol europeo.  Ha vuelto el “futbolista del pueblo” y será un lujo tenerlo de vuelta en las canchas sudamericanas, como cuando vino a enfrentar al Bolívar en Copa Libertadores y en aquella recordada final de la Copa Sudamericana 2004, su dos últimos partidos en Boca, antes de partir al Corinthians y a recorrer como un “apache errante” el mundo del fútbol.

*Enviado especial de Oxígeno a la Copa América Chile 2015.

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