La peligrosa mediocridad en acción
Más allá de ser un documental sin sustento jurídico alguno, mal elaborado técnica, comunicacional y políticamente, dejó a jueces y fiscales sin argumento y a los perseguidores con los rulos hechos.

Los grotescos están nuevamente en escena y para colmo de colmos son ministros.
Sus actuaciones bufas los exhiben en su pequeña dimensión, no son seres sobresalientes, tampoco son un accidente, son un producto de lo que es la dictadura.
Alan Deneault advierte “…de la llegada al poder de políticos mediocres que producen sociedades anestesiadas, injustas y sin pensamiento crítico.” tal parece que hemos llegado al momento cúlmine.
Toda autoridad está obligada a cumplir con ciertas formas en el ejercicio de sus funciones, de no hacerlo corre el riesgo de cometer estupideces, infracciones o delitos. Esto al mediocre no le importa, su comportamiento ilegal le es fútil, se regodea de ser mitómano.
José Ingenieros en su obra el Hombre Mediocre -seguramente se inspiró en este tipo de personajes- escribe “el hombre mediocre es una sombra proyectada por la sociedad -o por la dictadura, el agregado es mio-; es por esencia imitativo y está perfectamente adaptado para vivir en rebaño, reflejando las rutinas, prejuicios y dogmatismos reconocidamente útiles para la domesticidad”
Prosigue, “...la vulgaridad es el blasón nobiliario de los hombres ensordecidos de su mediocridad; la custodian como al tesoro el avaro. Pone su mayor jactancia en exhibirla, sin sospechar que es su afrenta. Estalla inoportuna en la palabra o en el gesto, rompe en un solo segundo el encanto preparado en muchas horas, aplasta bajo su zarpa toda eclosión luminosa del espíritu. Incolora, sorda, ciega, insensible, nos rodea y nos acecha; deleitase en lo grotesco, vive en lo turbio, se agita en las tinieblas.”
En nuestro país el mediocre y el vulgar son parte de la realidad cotidiana, son los actores de una farándula dañina, que pone en la vergüenza al conjunto del país ante los ojos del mundo.
No hay día que algún ministro de estado no haga un disparate, claro los hay de campeonato y otros no tanto, pero todos están en linea. Suponen que con ello gobiernan a la perfección, que la ciudadanía no los observa, ignoran que el pueblo está azorado e indignado.
La mediocridad alimenta a la dictadura y es la fuente de sus atropellos, por eso los ministros más opacos y anti-democráticos duran en su puesto porque son útiles a los designios del dictador.
En el campeonato del disparate el último documental presentado por el ministro de gobierno en el que pretende involucrar a varios intelectuales y políticos en el otro disparate promovido por el Gral. Zúñiga el 26 de junio del pasado año, es el súmmum de la boludez.
Más allá de ser un documental sin sustento jurídico alguno, mal elaborado técnica, comunicacional y políticamente, dejó a jueces y fiscales sin argumento y a los perseguidores con los rulos hechos. Sin embargo no se debe dejar de lado su peligrosa pretensión autoritaria de perseguir a como dé lugar al que no avala a la dictadura y a su decisión de reproducirse en el poder.
La tensión personal y familiar desatada en los perseguidos por el terrorismo de estado es el reinicio de la implementación de una estrategia mayor que seguirá desarrollándose en función a las necesidades electorales del o los candidatos oficialistas. El libreto ya ha sido practicado en Venezuela y Nicaragua.
En el primero no importó que la oposición se una y tenga una valiente conducción en María Corina Machado que convocó a monumentales movilizaciones que por ahora han quedado en la nada porque el efectuar elecciones en condiciones adversas a la democracia y ser dirigidas por la dictadura tiene un solo resultado, siempre será favorable a la dictadura, no importó que Edmundo González Urrutia hubiera ganado con el 70 %, de la votación y Maduro obtuviera menos del 30 %, el dictador sigue siendo presidente con el apoyo servidumbral de sus FF.AA. que han sido corrompidas hasta la médula.
En el segundo, la estrategia fue perseguir, encarcelar o exiliar a la oposición o a todo aquel que pretendía levantar cabeza incluida la clerecía en todos sus niveles, dejando el camino libre a la dupla criminal Ortega-Murillo, que obviamente ganó “sus elecciones” porque no tenían a ningún candidato opositor potable al frente, excepto algunos satélites para dar la falseada imagen de una disputa democrática.
Ambas estrategias están en desarrollo en el país y tienden a crecer porque no hay fuerza política que le ponga freno con medidas necesarias para garantizar unas elecciones relativamente transparentes, llegar a ellas en las actuales circunstancias abre la posibilidad de que se aplique la receta venezolana, con la posibilidad de que el país de podría insurreccionar, por ello no descartan persecuciones previas a los opositores a la nicaragüense.
Existe un tercer escenario a favor de la dictadura, los intocables autoprorrogados del tribunal constitucional, que estaban en la prudencia de la sombras, han sido reactivados con la presentación de acciones o recursos constitucionales. Ha empezado el diputado Huaytari seguido del opositor Cusi, dejando en sus manos el futuro electoral de Bolivia como sucedió en las elecciones judiciales, van calentando el ambiente poco a poco porque luego vendrá una seguidilla de acciones y recursos.
Las fuerzas políticas opositoras están preocupadas en registrarse ante el tribunal electoral, sacar sus trapitos al sol, sumar adherentes electorales y otras inherentes a su decisión, no les queda otra les corresponde es algo inevitable, pero, al estar en el ruedo no exclusivamente electoral, deberían tomar medidas preventivas, una de ellas, constituir una conducción política para evitar futuros fraudes y frenar persecuciones a políticos. Este frente no tendrá como espacio los pocos mecanismos institucionales existentes, sino el elegido por el propio masismo, las calles.
La gran ventaja de la unidad en la acción es que no están en juego ni los egos de los candidatos, ni sus aspiraciones, ni sus cuotas de poder, es más bien una sumatoria positiva para poner las cosas en su lugar antes de llegar al mes de agosto.
Si la estrategia de la mediocracia se impone por falta de acciones oportunas de los que quieren conducir al país en el futuro, será de su absoluta responsabilidad y los recordaremos por no haber hecho lo necesario para derrotar democráticamente al masismo y haberlo emulado constituyendo un club de mediocres a la par de los que dicen combatir.
El cronograma aprobado por el tribunal electoral no es una muestra de que las cosas van bien, es un esfuerzo desesperado por salir de la incertidumbre, ante la falta de decisiones comprometidas por los partidos y órganos de poder.
Las señales son muchas y las experiencias también, no las subestimen.