Guerras y Capitalismo
El rearme de Europa que es una estupidez increíble, es un deseo cumplido del imperio norteamericano. Porque todas las industrias europeas de la muerte, dependen tecnológicamente de los Estados Unidos.

El sistema capitalista, no es ninguna novedad, se alimenta fundamentalmente de las distintas guerras que se producen por el mundo. La última guerra europea es realmente una didáctica al respecto. La claridad de las ganancias de las industrias de armamento norteamericanos, han sido incluso agradecidos en persona por el presidente ucraniano, en visitas oficiales en aquellas fábricas de la muerte. Pues todos los supuestamente préstamos económicos a Ucrania, regresan a esas industrias de la muerte donde se tiene que comprar armas. Son condiciones de los países imperiales, en los préstamos económicos. Así de simple.
El rearme de Europa que es una estupidez increíble, es un deseo cumplido del imperio norteamericano. Porque todas las industrias europeas de la muerte, dependen tecnológicamente de los Estados Unidos. Es decir, pues negocio redondo para el imperio. Los europeos se dan cuenta de esa tragedia; pero no pueden hacer nada al respecto, su dependencia casi esclavista de los Estados Unidos les impide al menos ser algo más dignos.
Los miles y miles de millones de dólares que se irán a las industrias de la muerte, producirán más hambre y miseria por el mundo. Incluso en el patio trasero europeo, las sociedades y los pueblos en general pasarán penurias y estrecheces injustas, porque sus oligarquías y burguesías quieren seguir quedando bien ante el amo. Y en estos años se puede saber que el mundo está al borde de una guerra mundial. Lo demás ya sabemos por los cuentos de ciencia ficción.
Las guerras son un negocio lucrativo para las nuevas oligarquías de las finanzas del norte global. Esas oligarquías que han destruido a las burguesías modernas, que al menos disimulaban para que el sistema sea algo más humano. Son tiempos de los Calígulas postmodernos, que destruyen toda institucionalidad posible, que destruyen todo consenso social y político en el mundo. En estos tiempos sólo queda defenderse frente a la prepotencia ignorante de estos nuevos Calígulas. Si es que tenemos Estados reales e institucionales.
La historia nos ha enseñado, en la modernidad desde el siglo XVI, que el propio sistema empuja y genera revoluciones sociales, como respuestas legítimas de las sociedades frente a la explotación y expoliación del sistema. Los pobres y desheredados de la historia, tienen consciencia cotidiana de que el hambre y la miseria no pueden ser eternos, ni pueden ser parte de la cotidianidad en esta vida. Reaccionar contra esas injusticias son legítimas y totalmente justificadas desde los derechos humanos.
Por tanto, los piratas y Calígulas postmodernos del norte sólo provocarán revoluciones sociales a lo largo del mundo, con sus actitudes absolutamente antihumanas y anti sentido común. Entonces que no se sientan seguros por sus actos, dichos señoriales norteños, los fantasmas de Vietnam o Afganistán están a la vuelta de la esquina. El miedo no existe cuando la miseria y el hambre se hacen insoportables. Cuando la consciencia abruma viendo a niños o viejos sufriendo las consecuencias del sistema.
A estas alturas del partido, no hay por donde perderse. Pero sí necesitamos de crítica histórica frente a tantos errores de la izquierda, y de los grupos o colectivos en función de los cambios sociales. Demasiados errores que no se asume en consecuencia: la renovación de las ideas, la renovación de los métodos de lucha y toma de consciencia. Pero también la expulsión de oportunistas y destructores de los esfuerzos de las bases, del pueblo. Esos son los cómplices de los señoriales del norte. La crítica tiene que ser un componente substancial de las condiciones intelectuales, si es que hay físico mental y compromiso real por la liberación definitiva.
Como nunca antes en la llamada historia, vemos con crudeza esa relación directa entre capitalismo y guerras. Los vendedores de armas a los grupos de cárteles mexicanos son los norteamericanos. Están por donde hay muerte y tragedia. Porque en esencia esa es su razón de ser y existir. Esos son los fundamentos del sistema, no los sentimentales y de buen corazón. La hipocresía es parte del sistema, como encubrimiento diplomático y política real.
Si el ritmo de los señoriales del norte, que es simplemente brutal, se mantiene en la real politik de la coyuntura, tenemos que estar preparados para nuevas revoluciones a lo largo del mundo. Eso es estar preparados para reconducir a las organizaciones sociales, como al nuevo proletariado mundial que es muy joven; sin embargo, totalmente explotado como en todas las épocas de la historia moderna.
Las condiciones objetivas ya son reales otra vez en la historia. Esperemos las condiciones subjetivas, que dependerán básicamente de las torpezas que se generen por el norte del mundo. Esas torpezas son cotidianas en estos tiempos. Son insultantes e injustas. El rearme del mundo junto a las torpezas imperiales, empujarán a los pobres y explotados a tomar las riendas de los cambios sociales. Es decir, a generar más revoluciones.