El secretario Municipal de Resiliencia y Gestión de Vulnerabilidades, Juan Pablo Palma, descartó que la mazamorra que afectó a Bajo Llojeta el fin de semana se haya producido debido a una obstrucción de la bóveda en la zona baja, como se ha especulado en un comunicado oficial del Cementerio Los Andes.

“Es imposible que un embobedado obstruido acá vaya represando el agua, 400 metros más arriba. Lo que ha ocurrido es que ha habido un problema en la parte superior, y el lodo llega y provoca la obstrucción”, explicó Palma.

Según el secretario, las imágenes y testimonios son “contundentes”: los movimientos de tierra desviaron el agua hacia el talud, generando un deslizamiento que terminó con la mazamorra recorriendo cinco kilómetros en dos eventos, el primero el sábado por la noche y el segundo el domingo al amanecer.

El secretario detalló que los trabajos realizados por la empresa constructora modificaron las pendientes del terreno, lo que desvió el agua hacia zonas inestables. “Ellos ya estaban haciendo el corte del talud, conformando una plataforma, generando desvíos de agua. Es un evento que se repite porque tienen la costumbre o el hábito de realizar este tipo de trabajo”, sostuvo.

Sobre las tareas de mitigación, Palma informó que se trabaja en el puente de El Rosario y el río Jarañapampa para desobstruir los tramos afectados y crear reservorios que contengan los materiales.

Además, se continúa drenando la mazamorra en la parte baja. “Estamos concentrando todos nuestros esfuerzos en resolver dos problemas. En uno tenemos avances importantes”, aseguró.

Finalmente, el secretario subrayó que la lluvia de días previos no provocó problemas en la bóveda, lo que respalda que el deslizamiento tiene su origen en la parte alta.

“Si se hubiera obstruido la bóveda, lo que hubiera ocurrido es que el agua habría escurrido por encima de la bóveda, no lo que hemos visto”, concluyó la autoridad municipal.