La Conferencia Episcopal Boliviana rechaza la “parodia de la Última Cena” en la inauguración de los JJOO y ve una ofensa
“Desde la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Boliviana, lamentamos profundamente lo sucedido porque constituye una clara vulneración del derecho a la libertad religiosa y una ofensa a nuestra fe; siempre hemos planteado que la base fundamental del relacionamiento entre las personas debe ser el respeto y lo sucedido en la inauguración de los Juegos Olímpicos no es una manifestación de pensamientos o ideas, es una clara agresión al sentir religioso de millones de personas”, señala el texto.
A través de un comunicado, la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) rechazó la “parodia de la Última Cena” realizada en la inauguración de los Juegos Olímpicos y afirmó que la considera una “una vulneración a la libertad religiosa y una ofensa a la fe cristiana”.
“Desde la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Boliviana, lamentamos profundamente lo sucedido porque constituye una clara vulneración del derecho a la libertad religiosa y una ofensa a nuestra fe; siempre hemos planteado que la base fundamental del relacionamiento entre las personas debe ser el respeto y lo sucedido en la inauguración de los Juegos Olímpicos no es una manifestación de pensamientos o ideas, es una clara agresión al sentir religioso de millones de personas”, señala el texto.
Además, la CEB replica lo difundido por los cristianos de todo el mundo al manifestar que refuta la parodia y exhorta a la sociedad creyente a expresar su rechazo contundente pero pacífico: “Debemos mantenernos firmes en lo que creemos”, añade el comunicado.
Cinco días después, la polémica no cesa en torno a la ceremonia de inauguración de los Juegos de París, que incluyó a Drag Queens (hombres que se disfrazan de mujeres). Una escena en particular fue denunciada por líderes políticos como el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, como un ataque al cristianismo.
Lo que desató la polémica fue la actuación del cantante francés Philippe Katerine desnudo, excepto con un taparrabos, el cuerpo pintado de azul. Y con un ramillete de flores en la cabeza, delante de una alargada mesa que, según quienes critican el acto, podría recordar a la Última Cena de Jesucristo y sus apóstoles.
El pasado domingo, los organizadores de los Juegos Olímpicos de París 2024 se disculparon por lo que algunos críticos describieron como una parodia de “La Última Cena” durante la ceremonia de inauguración del viernes.
“Nunca tuvimos la intención de faltarle el respeto a ningún grupo religioso”, dijo el domingo en una conferencia de prensa la portavoz de París 2024, Anne Descamps, quien agregó que “al contrario, creo que intentamos celebrar la comunidad, la tolerancia. Creemos que esta ambición se logró. Si alguien se ha sentido ofendido, por supuesto lo lamentamos mucho”.
Si bien la escena ha sido objeto de críticas, la ceremonia de apertura también fue ampliamente elogiada y algunos usuarios señalaron que la escena recordaba más a otras obras, como “El banquete de los dioses” de Johann Rottenhammer y Jan Brueghel.
Thomas Jolly, el director de la ceremonia de apertura, insistió en que “La Última Cena” no fue la inspiración detrás de la escena.
“Dionisio llega a la mesa porque es el dios griego de la celebración y esa secuencia se llama ‘festividad’ (…) El dios del vino, que es también una joya francesa y padre de Sequana, la diosa vinculada al río Sena. La idea era crear una gran fiesta pagana vinculada al dios del Olimpo, y nunca encontrarás en mí, ni en mi obra, ningún deseo de burlarte de nadie”, dijo Jolly.