Uno de los cadetes que resultó herido tras el fallido “salto de la muerte” en el Colegio Militar dio una entrevista – desde el hospital- al canal F10 y, entre otras cosas relató que no siente “de las costillas para ano” y afirmó que en el momento del accidente no hubo la orden de no saltar.

En su relato, el cadete Erlan Condori afirma que “vivió un infierno” al estar en terapia intensiva y contó las secuelas del conocido accidente.

“Estaba dormido casi dos semanas y media, estaba fuera de la realidad, incluso dicen que estaba muerto dos veces, me falta un pedazo de cráneo aquí arriba, no sé si se puede observar y eso lo que más me preocupa (…); no siento de las costillas para abajo, no siento mi barriga, no siento mis aparatos (…), ni mis piernas. He estado conectado a tubos respiratorios, sondas, era un infierno lo que viví durante tres semanas en terapia intensiva”, relató en la entrevista, según declaraciones recogidas por El Deber.

Sobre ese día, Condori recordó que su camarada Cristhian López, quien es el segundo cadete accidentado, “no realizó ninguna práctica desde ahí arriba” de la torre del salto de la muerte y apuntó a sus instructores por lo sucedido.

“El error que se cometió de parte de los instructores fue el tamaño de la cuerda que no sabían, ellos no sabían qué tamaño de cuerda se debía dar para el salto de la muerte. Mis instructores de ingeniería son el capitán Herrera, mi teniente Patzi y mi teniente Salas”, dijo.

Asimismo, el cadete aseveró que en ningún momento hubo – o escucho- la orden de que no se ejecute el llamado “salto de la muerte”.

“En ningún momento había escuchado esa orden, de haber escuchado esa orden no hubiera hecho (el salto)”, afirmó.

Sobre el futuro, lamentó que las secuelas del accidente no le permitirán seguir con sus actividades regulares, como la gimnasia; sin embargo, aún espera ser un militar de honor en la medida de sus posibilidades.

Por este hecho, al momento existen dos militares encarcelados y un tercer uniformado con detención domiciliaria.