LOS IRACUNDOS. Quién en Latinoamérica no entonó un tema de este grupo uruguayo? Su música fue ampliamente escuchada e influyó a varias generaciones, particularmente a la de nuestros padres, quienes eran jóvenes en las décadas de los sesenta y setenta del Siglo XX, cuyo gusto se transmitió consciente o inconscientemente, con las canciones que eran captadas en las radios o en los tocadiscos con vinilos invaluables.

Franco, Bosco, Leoni, Febro, Juano y Burgues, fueron los nombres de estos interpretes de música pop y balada originarios de Paysandu, quienes en sus inicios fueron influenciados por el emergente Rock and Roll de los cincuenta, para luego evolucionar a otras esferas musicales. Primero se llamaron los Blue Kings para luego rebautizarse como Los Iracundos.

Su música cambió y se transformó de acuerdo al tiempo en el que vivieron, sin embargo, adquirieron un estilo propio al realizar primero covers de canciones románticas italianas y francesas, que muchas veces  con la interpretación de Eduardo Franco, adquirían un toque peculiar y único, que superaban incluso a las originales.

La calidad de los discos era indiscutible, con canciones que transmitían siempre un toque agridulce y marcadamente personal. Allí surgió el talento de Franco, el interprete y voz, quien desarrolló una capacidad innata para la composición, que lo hizo un verdadero bardo, un poeta casi trágico, que con muchas de sus composiciones plasmaba magistralmente vivencias tan cotidianas y reales, que la audiencia se identificaba fácilmente con su temática.

La voz de Franco sin lugar era única, inconfundible y peculiar, la que con el acompañamiento de sus colegas y amigos del grupo, daban el marco de fondo, muchas veces reforzados también con una orquesta. Existieron discos notables: “Los Iracundos en Roma”, “La Lluvia Terminó”, “La Juventud” , “Los Iracundos (1969)” “Amor y Fe”, “Incomparables” o “Tu con El”

Como todo, también tenían sus defectos, algunas de las tapas de sus discos no eran muy prolijas, llegando a ser definitivamente de mal gusto, devaluando el valioso contenido musical. Quizás la producción no comprendió que muchas cosas ingresan por los ojos, o el concepto artístico no sólo se limitaba al vinilo sino también al arte que lo contenía, es decir tener un concepto de contenido. A ello se suma que muchos de sus discos simplemente repetían el nombre del grupo, sin poder diferenciarlo temporalmente de otros homónimos de periodos distintos.

Se preguntaran: Por qué no menciono alguna canción en particular? Porque garantizo que cada uno de los lectores mencionará o tendrá mínimamente una o varias de este catálogo, por lo que cada quien tiene su propia lista y se respeta. Sin embargo, las que son de mi particular preferencia, son esas que no son tan comerciales y que poseen una impecable calidad, así como letras tan reales y entrañables, que parecen haber sido inspiradas en el día a día de cada uno de nosotros.

Como todo grupo musical influyente, tuvo sus momentos altos. Los Iracundos fueron artistas exitosos con millones de discos vendidos, muchos certificados con oro y platino, con giras multitudinarias y redituables, siendo estos los termómetros tangibles del éxito. Sin embargo, les faltó conquistar el mercado hispano en América del Norte (México y EUA) lo que los hubiese catapultado definitivamente.

La paradoja de Los Iracundos es que fueron ampliamente conocidos en gran parte de Hispanoamérica, pero no así en su Uruguay natal, particularmente en Montevideo. Nadie es profeta en su tierra. Particularmente raro, al ser uno de los pocos grupos de habla hispana que pudo firmar con la reconocida y prestigiosa firma RCA, ver un disco con el perrito y el gramófono era ya un sello casi propio del grupo. Y como justa revancha para Los Iracundos podemos sarcásticamente decir: Alguien conoce a un digno grupo musical internacional uruguayo surgido de Montevideo? Por lo menos yo no.

En la otra cara de la medalla, también  existieron altibajos y momentos de crisis, los amigos al final ya no podían ni verse, treinta años juntos los agotó.  Pero lo que definitivamente marco el final del grupo fue la enfermedad del vocalista, un cáncer ganglionar terminó por arrebatarle la vida en febrero de 1989 a Eduardo Franco.  A partir de ese momento se puede decir que el grupo terminó, porque los integrantes, cada uno por su lado, siguió su camino detentando arbitrariamente el nombre al que dieron tanto lustre como conjunto. A la fecha sólo uno continua con vida.

Allí vino un malogrado proceso de forzosa re edición, al lanzar nuevas versiones de temas clásicos con uno o varios reemplazantes en la voz o acompañamiento, imitadores o reemplazantes de muy baja calidad, que no hacen honor al legado original y que lamentablemente son difundidos y promovidos irresponsablemente como algo novedoso por mera angurria económica. A quien le calce el guante, que se lo chante.

Los Iracundos, fue un notable grupo pop uruguayo, grande por merecimiento propio, su influencia fue transmitida en la convivencia diaria de muchos con sus padres, a través de varias generaciones, quienes seguramente al escucharlos recordaran su niñez o su juventud.

Las canciones lejanas de Los Iracundos, las que como diría Eros Ramazzotti,  a veces también recuerdo, sonando en la radio, melancolía de nuestros padres, tal vez un pretexto para hablar de amor, buscando así las fuerzas perdidas y los amigos que ya no volverán. Un legado inolvidable de quienes aún afortunadamente están y de otros que partieron dejando ese recuerdo imborrable.

(Dedicado a mi padre Roberto Ossio Sivila)