Mucho con poco: El cerebro de Neymar trabaja al 10% del de un jugador amateur
En dicho estudio, la conclusión principal fue clara: En los momentos más importantes de un partido, la actividad de la región del cerebro de Neymar que controla el movimiento del pie no llega ni al 10 por ciento de la que tiene en una situación similar un futbolista amateur. Una conclusión que se resumen en una frase: “Necesita menos para hacer lo mismo”. Son palabras de José Antonio Uranga y Raquel Abalo, profesores de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos
Madrid, 09 de diciembre (ABC).- ¿Qué pasa por la cabeza de un futbolista mientras disputa un partido? Neurólogos japoneses publicaron en la revista ‘Swiss Journal Frontiers in Human Neuroscience’ un estudio realizado sobre el cerebro de Neymar, al que compararon con tres jugadores españoles de Segunda, dos nadadores de alto nivel y un futbolista amateur. En dicho estudio, la conclusión principal fue clara: En los momentos más importantes de un partido, la actividad de la región del cerebro de Neymar que controla el movimiento del pie no llega ni al 10 por ciento de la que tiene en una situación similar un futbolista amateur. Una conclusión que se resumen en una frase: “Necesita menos para hacer lo mismo”. Son palabras de José Antonio Uranga y Raquel Abalo, profesores de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos
De hecho, según los científicos japoneses, es como si el brasileño del Barcelona no pensara lo que hace, como si todo le saliera de forma instintiva y como si cuando se calza las botas y sale a un campo de fútbol se instalara el ´piloto automático´ en su cerebro y los movimientos le salieran solos. Un regate, un centro, una carrera… Neymar no piensa en el campo, al menos según el estudio de los neurólogos japoneses
Eiichi Naito, jefe del proyecto, reconoce que han descubierto "evidencias de que el cerebro de Neymar usa muy pocos recursos de las regiones cerebrales que activan el movimiento de los pies. Una actividad cerebral reducida genera menos carga, lo que le permite realizar muchos movimientos complejos a la vez". O lo que es lo mismo, cuanto menos piensa, mejor juega
Según los investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos, "su repuesta le permite tener más neuronas libres para hacer otras cosas o anticiparse a otras situaciones", lo que le permite más libertad de movimientos. "Algo similar ocurre en los partidos de pádel, donde los profesionales son capaces de visualizar que la pelota puede salir fuera, algo que es muy complicado de ver para un jugador de tipo normal"
Pero, ¿cómo es posible que cuando menos trabaje el cerebro mejor juegue? La respuesta está en el interior de su cerebro. "El mecanismo normal es que todas las señales (por ejemplo la visualización de un balón) van desde la parte de atrás hasta la frontal, lo que hace que esa señal tenga que atravesar el hipocampo, de la que depende la memoria a largo plazo, entre otros factores. De este modo, esa señal se ve modulada por tu aprendizaje previo. Es decir, ante un mismo estímulo la reacción puede ser diferente en función de tu aprendizaje. Generalizando mucho, eso podría explicar por qué Messi y otro futbolista cualquiera no hacen lo mismo con un balón, ya que depende de lo que hayan aprendido previamente”.
Como los niños de Brasil
"Un ejemplo lo tenemos en Brasil, donde los niños están jugando al fútbol a todas horas, con distintos balones y en campos muy diferentes, como ocurrió con Neymar. Esto hace que su factor de motivación sea muy diferente, por ejemplo, al de un niño que en España que se entrena con su equipo una hora a la semana. Todos estos condicionantes se van acumulando en nuestra memoria, sin olvidar el trabajo", otro de los factores clave a la hora de entender el comportamiento del cerebro en el desarrollo de la práctica deportiva. "El mejor ejemplo puede serCristiano Ronaldo, un futbolista del que se destaca especialmente su capacidad de trabajo", reflexionan los profesores de la Universidad Rey Juan Carlos, quienes también destacan "la importancia de la carga genética"
"El entrenamiento intensivo, como el de los niños que juegan al fútbol en la calle a diario entre los 6 y los 12 años, es clave para desarrollar este tipo de inteligencia para el juego en un futuro”, José Antonio Uranga. Una respuesta que nos lleva a pensar en la necesidad de entrenar el cerebro y si eso es posible. "Por supuesto. Los neurotransmisores, que son las moléculas que pasan la información, consiguen más conexiones que permiten a su vez que esa acción quede más fijada en nuestro cerebro”, señalan los investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos
Y cuando llega el momento de lanzar un penalti, ¿ocurre algo similar en el cerebro del futbolista? Ahí también entra en el juego la psicología deportiva. "Se deja de actuar de manera inconsciente para poner en funcionamiento la parte consciente. De este modo afloran todos tus recuerdos, que en algunos futbolistas pueden ser negativos. Lo que hace la psicología es poder modular esas sensaciones en el hipocampo para conseguir una sensación positiva ante del lanzamiento de un penalti", explica José Antonio Uranga.