Exfiscal Soza confirma que firmó la carta en la que denuncia la injerencia del gobierno en el caso Rózsa
En una crónica de los periodistas de la agencia de noticias Fides que lo entrevistaron, Soza es descrito con un semblante notoriamente repuesto, con gafas colgadas en el pecho, probablemente, para cubrirse del ardiente sol. Dice que el exfiscal del caso Rózsa no había planificado una entrevista sino una charla informal que él consideraba un desahogo a sus múltiples preocupaciones que le trajeron el haber sido fiscal del polémico caso Rózsa, impulsado por el gobierno.
Santa Cruz, 13 de mayo (El Día y ANF).- El exfiscal del caso Rózsa, Marcelo Soza Alvarez, desde su refugio en Brasil confirmó que es auténtica la carta entregada a la Policía brasileña, en la cual el exfiscal revela la manipulación del caso Rózsa y la supuesta injerencia gubernamental en el sistema judicial.
En una crónica de los periodistas de la agencia de noticias Fides que lo entrevistaron, Soza es descrito con un semblante notoriamente repuesto, con gafas colgadas en el pecho, probablemente, para cubrirse del ardiente sol. Dice que el exfiscal del caso Rózsa no había planificado una entrevista sino una charla informal que él consideraba un desahogo a sus múltiples preocupaciones que le trajeron el haber sido fiscal del polémico caso Rózsa, impulsado por el gobierno. Al final aceptó una entrevista grabada de nueve minutos con ANF.
"Yo reconozco la carta, yo la firmé y yo la presenté ante la Policía Federal, la leí ante los medios de comunicación y esa es la carta que yo he firmado de puño y letra y no puedo retroceder en eso", dijo el exfiscal en una entrevista concedida a un reportero de la agencia Fides (ANF) en una cafetería de Brasilia, la capital brasileña.
En dicha entrevista agrega que la Fiscalía y el Órgano Judicial "están cooptados por el Ministerio de Gobierno que digita todos los procesos de su interés político".
Las revelaciones de la carta. En su carta, Soza afirma que durante la investigación por el caso Rózsa, corrió sobornos, compra de testigos y presiones para incluir en el proceso a líderes cruceños, sin tener pruebas.
Agregó que el audio, en el que asegura que el caso era un montaje gubernamental, fue grabado por funcionarios del Ministerio de Gobierno para destruirlo en alianza con la oposición.
Soza negó que su salida haya sido coordinada con los opositores y procesados por el caso Rózsa y demandó pruebas a quienes sostienen esa teoría; recordó que el Gobierno siempre acusa sin tener pruebas, a diferencia de él, que tiene pruebas contundentes para su descargo.
Su vida estaba en riesgo. Soza dijo que salió de Bolivia porque su vida estaba y aún está en riesgo debido a que "no existe garantía judicial".
Mencionó que la prueba son los procesos judiciales armados desde la Fiscalía General que lo sindica de una serie de cosas, entre ellos caso de extorsión, sin tomar en cuenta que las personas que supuestamente dieron dinero, no están ni siquiera procesadas.
Negó que sea cabeza de la red de extorsión y aseguró que las denuncias y procesos impulsados fueron armados para defenestrarlo y utilizar el tema para beneficios políticos y personales de la gente ligada al Gobierno.
En torno al proceso por incumplimiento de deberes, recordó que en ese tiempo estuvo gozando de su vacación laboral, autorizada por el Fiscal General del Estado, lo cual es otra muestra de que no existen ni garantías constitucionales porque todos los procesos legales son digitados por el Ministerio de Gobierno.
No tiene pensado volver. El exrepresentante del Ministerio Público comentó que por el momento, no tiene pensado volver a Bolivia en resguardo de su seguridad personal y de sus familiares, e hizo votos para que algún día la verdad se pueda conocer.
Por el momento ya obtuvo una autorización de trabajo y espera afinar el idioma y la escritura en portugués para encontrar una fuente de empleo que le permita subsistir en esa ciudad.
Marcelo Soza se desenvuelve con normalidad y vive en un departamento rentado que lo paga con sus ahorros generados cuando era Fiscal de Materia en La Paz, a donde dice haber llegado a base de un concurso de méritos.