En Bolivia, durante el 2017,  el 55% (89 de 162) de las denuncias de trata y tráfico fueron por explotación laboral, de acuerdo con los datos del Reporte Global sobre Trata y Tráfico de Personas 2018 que presentó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) este lunes en la Casa Grande del Pueblo.

El segundo hecho más denunciado en el país es la explotación sexual, donde se registraron 54 casos y en menor cantidad las adopciones ilegales, según datos del informe.

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, indicó que la mayor parte de las víctimas de trata son mujeres, y que de estas mujeres nueve de cada 10 son adultas.

“Este dato nos da un indicador, podría decirse que la mayoría de las mujeres que caen ante estos ilícitos son destinadas para ser víctimas de explotación sexual”, expresó.

El informe también señala que a nivel Sudamérica, el 58% de las víctimas de trata y tráfico son para explotación sexual, seguido por trabajos forzosos (32%), y del total de las personas que caen en estos delitos son mujeres (80%).

Sin embargo, Romero aclaró que Bolivia no se caracteriza por ser un país tratante de personas sino más bien una región de paso, ya que “los delincuentes utilizan el territorio nacional para trasladar, en su mayoría personas de Centro América, hacia el Brasil”.

“Hemos fortalecido la lucha contra estos delitos de carácter transnacional, pero lamentablemente cada que hay algún desastre natural o hay problemas económicos en un país, mucha gente migra hacia otros lugares y es ahí donde los grupos de tratantes se aprovechan, y es cuando aparecen nuevamente estos casos”, manifestó.

En Bolivia, el promedio anual de denuncias por desaparición de personas es de 462, sin embargo, aproximadamente el 80% de esos casos se desvirtúan porque se tratan de abandonos del hogar voluntarios.