Sistema de pensiones no está preparado para el envejecimiento de la población
Con los actuales parámetros, ningún sistema de pensiones de la región tiene asegurada su sostenibilidad fiscal o social, señala el BID en su nueva publicación “Presente y futuro de las pensiones en América Latina y el Caribe” . El libro, en el que se presenta nueva evidencia para la región, hace un llamado a revisar las inequidades de los sistemas pensionales.
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América Latina y el Caribe no están preparados para para atender a sus jubilados en el mediano y largo plazo. Los sistemas de pensiones de la región afrontarán un escenario de rápido envejecimiento poblacional, donde se espera que, para 2050, una de cada cinco personas sea mayor de 65 años.
Esta realidad fue develada por el estudio “Presente y futuro de las pensiones en América Latina y el Caribe”, del Banco Interamericano de Desarrollo, en el que se radiografían los sistemas de pensiones de 27 países.
De acuerdo con la publicación , los sistemas públicos de reparto (en países como Brasil, Honduras o Ecuador, entre otros) están diseñados para ser generosos con los trabajadores que contribuyen durante toda su vida laboral, en ocasiones perjudicando a quienes cotizan por debajo del mínimo de años para calificar a una pensión (entre 10 y 35 años). En estos sistemas, el Estado subsidia una porción importante (alrededor de un 44%) de la pensión promedio que reciben quienes cotizan durante toda su vida laboral.
“En América Latina y el Caribe, son los trabajadores de mayores ingresos quienes, por lo general, contribuyen más años. Por eso, se acaba proporcionando pensiones altas a los trabajadores de mayores ingresos, a veces dejando sin pensión a los de bajos ingresos que no hicieron los aportes necesarios”, señala Mariano Bosch, especialista principal de la División de Mercados Laborales del BID. “En ausencia de cambios en el diseño de beneficios, las presiones demográficas harán que los sistemas sean cada vez más generosos con el individuo, pero más costosos para el Estado”, señala Bosch.
Por otro lado, los sistemas de capitalización individual, presentes en países como Chile, Colombia, México y Perú, entre otros, ofrecen una tasa de reemplazo de un 40%, es decir, el monto de la pensión a percibir representa menos de la mitad del último salario de cada trabajador. “La evidencia que ofrece el libro hace un llamado a asegurar la sostenibilidad social y fiscal de los sistemas de pensiones. En todos los países, el riesgo se agrava por el rápido envejecimiento de la población. Existe el mito de que América Latina y el Caribe es una región joven, pero la realidad es que está envejeciendo mucho más rápido que el resto del mundo”, explica Carmen Pagés, jefa de la División de Mercados Laborales del BID.
Este nuevo estudio busca contribuir a cerrar la brecha de información existente sobre los sistemas de pensiones en América Latina y el Caribe. “Pese a su gran importancia para el ciudadano y para las cuentas del Estado, las características y consecuencias de los distintos diseños del sistema de pensiones son ampliamente desconocidas en la región”, explica Mariano Bosch. Para informar la discusión sobre este tema, en el libro se introduce una serie de indicadores para 34 sistemas de pensiones en la región.