Guerrero dice que sus manos “no están manchadas con la corrupción” e increpa a un periodista
Guerrero acusó a la prensa, en especial a un periodista, de buscar "manchar sus manos" y su gestión.
![](https://oxigeno.bo/sites/default/files/styles/standar_640x480/public/field/image/guerrero_comision_dip2.jpg?itok=5qOqovQN)
El fiscal general del Estado, Ramiro Guerrero, aseguró hoy - durante el informe oral presentado ante la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados por el caso del bebé Alexander-, que sus manos no están machadas de “corrupción, extorsión e inmoralidad” y acusó a la prensa de tratar de manchar su nombre con mentiras.
“Mis manos no están manchadas con la corrupción, con la extorsión y con la inmoralidad, me han tratado de manchar con mentiras, quieren manchar una gestión honesta y transparente de 6 años”, aseveró.
Guerrero se dirigió directamente al periodista Carlos Quisberth – quien hace años fue encarcelado tras investigar este mismo caso- y lo acusó de tratar de “manchar” sus manos. La autoridad ya había increpado al profesional durante su ingreso al Palacio Legislativo.
En esa línea, Guerrero continuó defendiendo el trabajo que desarrolló el afrente del Ministerio Público.
“En estos seis años nos han buscado todo, pero nunca hemos pactado con delincuentes, no hemos cedido a sus extorsiones. De mi sueldo nunca he recibido ni un centavo de nadie por un trabajo o un caso, he suido constituyente”, afirmó.
Guerrero fue convocado por la Comisión de la Cámara Baja para explicar por qué la fiscal asignada al caso, Susana Boyán, tomó de manera “personalísima” el caso del bebé Alexander y por qué fue la Fiscalía la que impulsó la hipótesis de que el médico Jhiery Fernández era el autor de la violación al bebé Alexander, aunque no hay prueba científica al respecto.
Este caso volvió a salir a flote después de que se revelara un audio en el que la jueza Patricia Pacajes, que condenó al doctor a 20 años de cárcel, reconoció que no hubo violación. Además, miembros del IDIF ratificaron que no se encontró prueba científica de que el galeno haya violado al bebé.