Gobierno e Iglesia liman asperezas y anuncian que trabajarán en ‘coordinación permanente’
"Tenemos enormes coincidencias, todos nos preocupamos por los más abandonados y sobre esa línea base vamos a trabajar y coordinar permanentemente con la Iglesia Católica, para esto se va nombrar a un delegado", señaló Morales en conferencia de prensa.
Tras una reunión de aproximadamente dos horas entre las principales autoridades gubernamentales – entre ellas el presidente del Estado, Evo Morales, y el vicepresidente, Álvaro García Linera-, con obispos y el cardenal Toribio Ticona, el Gobierno nacional y la Iglesia limaron asperezas y anunciaron que, de ahora en adelante, trabajarán en una “coordinación permanente”, en temas educativos y sociales.
Incluso, el Presidente del Estado anunció que designará a un delegado para coordinar permanentemente el trabajo con la Iglesia Católica.
“Va a haber una coordinación permanente, vamos a designar a un delegado para coordinar permanentemente y si fuera necesario haremos reuniones con ministros y el Gabinete”, anunció el primer mandatario boliviano.
En esa línea, Morales resaltó que hay una gran coincidencia entre la Iglesia y el Gobierno boliviano y es el “preocuparse por los más pobres”.
"Tenemos enormes coincidencias, todos nos preocupamos por los más abandonados y sobre esa línea base vamos a trabajar y coordinar permanentemente con la Iglesia Católica, para esto se va nombrar a un delegado", señaló Morales.
Por otro lado, los representantes de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) confirmaron la participación de la Iglesia en los actos patrios del 6 de agosto, que se desarrollarán en Potosí.
La Iglesia participará en la celebración religiosa de ese día y también participará en el tedeum “para rezar por la marcha de Bolivia y para que todos podamos caminar juntos para que nuestra patria vaya adelante”, anunciaron.
El encuentro entre el Gobierno y la Iglesia llega en medio de un fuerte cruce de palabras que protagonizaron el Arzobispo de la Arquidiócesis de Sucre, monseñor Jesús Juárez, y el ministro de Defensa, Javier Zavaleta.
Todo empezó cuando Juárez pidió a los actores políticos respetar los resultados del referéndum constitucional del 21 de febrero del 2016, cuando más del 50% de la población optó por no modificar la Carta Magna para permitir una nueva repostulación de Evo Morales.
En respuesta, el Ministro de Defensa mandó al monseñor Juárez a cambiar su sotana por un traje de político.