La OMS pide a los Gobiernos eliminar las grasas trans de la oferta alimentaria
Se estima que el consumo de esta sustancia provoca más de 500.000 muertes por enfermedades cardiovasculares cada año.
Las grasas hidrogenadas, también denominadas trans, están presentes en los productos de pastelería, las bolsas de patatas y muchos de los aceites que utilizan desde los vendedores ambulantes de comida hasta los cocineros de los mejores restaurantes.
Se producen industrialmente porque se conservan más tiempo que otras grasas. Además, se encuentran naturalmente en alimentos derivados de determinadas carnes y productos lácteos.
La necesidad de reducir los riesgos que su ingesta produce en nuestra salud ha llevado a la Organización Mundial de la Salud a crear una serie de directrices para guiar a los países a la hora de suprimir estas grasas artificiales de la oferta alimentaria, dado que existen alternativas más sanas que no afectan al sabor ni al precio de la comida.
La Organización pretende que los Estados se comprometan a eliminar estas grasas trans producidas industrialmente, para lo que propone:
- Revisar la situación nacional.
- Promover el reemplazo por otras fuentes de grasas más sanas.
- Prohibir las grasas trans.
- Evaluar el contenido en la cadena alimentaria.
- Crear conciencia entre la población y la industria.
- Aplicar la nueva legislación.
Varios países de ingresos altos prácticamente han eliminado estas sustancias producidas industrialmente imponiendo límites legales a su cantidad en los alimentos envasados o prohibiendo los aceites hidrogenados, que constituyen la principal fuerte de grasas trans industriales.
Sin embargo, la situación resulta inquietante en los países con ingresos medios y bajos, donde los controles sobre la producción de alimentos con grasas hidrogenadas son más débiles y los riesgos para la salud más altos.
Consumo de grasas hidrogenadas
Las dietas basadas en el consumo de elevadas cantidades de grasas trans incrementan el riesgo de sufrir un ataque al corazón un 21 % y el de muerte un 28 %. Además, disminuyen los niveles de colesterol HDL de las arterias y los trasladan al hígado, y se cree que pueden aumentar los riesgos de inflamación.
“La grasa trans es una sustancia tóxica e innecesaria que mata y no existe ninguna razón para que la gente de todo el mundo se encuentre expuesta a ella”, indicó Tom Frieden, presidente y director ejecutivo de Resolve to Save Lives, una iniciativa encaminada a reducir el número de muertes por enfermedad cardiovascular.