“Todas las autoridades, ex autoridades, movimientos sociales, todo tenemos la obligación de aportar en este proceso. Nadie puede escaparse”, así respondió Morales trás ser consultado sobre la decisión de Carlos Mesa, de rechazar participar como testigo de cargo en el juicio civil que se desarrolla en una corte de Estados Unidos en contra del ex presidente del Estado, Gonzalo Sánchez de Lozada, por los hechos luctuosos del octubre del 2003.

Según un reporte de El Deber, el dirigente de la Asociación de las Víctimas de Octubre Negro, Patricio Quispe, reveló que Carlos Mesa envió una nota al tribunal que juzga a Gonzalo Sánchez de Lozada y a Carlos Sánchez Berzaín en EEUU, haciendo conocer que no declarará en ese caso como testigo.

“En los tribunales de allá las declaraciones son voluntarias, él ha dicho que no puede, claro, tendrá sus razones que dijo que no podrá ser testigo, es una pena porque vino acá (a El Alto) y nos dijo 'ni olvido ni perdón, justicia', y ahora es él el que rehúye a su responsabilidad como boliviano", informó.

Al respecto, en conferencia de prensa, Morales no quiso ahondar en ese tema e, incluso, evitó hablar directamente de Carlos Mesa. Pero sí señaló que todos están en la obligación de apoyar y aportar en ese proceso. Caso contrario, dijo, sería encubrir el genocidio.

“No quiero hacer comentarios, ese caso está en la justicia, estamos en otros tiempos y ojalá que las instituciones de Estadios Unidos puedan juzgar a esos delincuentes. Todos tienen la obligación y el derecho de aportar en este proceso, no pueden escaparse”, aseveró el mandatario boliviano.

Sin embargo, según Carlos Alarcón, abogado de la exautoridad, esta versión no es cierta porque en realidad Mesa sí declaró y que fue la ratificación de las declaraciones que había presentado en el juicio penal que se desarrolló en la Corte Suprema de Justicia, según agrega El Deber.

Carlos Mesa fue el vicepresidente de la segunda gestión presidencial de Gonzalo Sánchez de Lozada (2002- 2003). Después de los hechos luctuosos del 2003, y la posterior renuncia de Goni, asumió la presidencia de Bolivia.