En un clásico reñido, friccionado pero no bien jugado, Bolívar  y el Tigre no se sacaron ventajas. El empate, sin apertura del marcador, no dejó satisfecho a ninguno de los dos, aunque a los de Achumani les quedó un sabor de boca no tan agrio porque evitaron que los celestes den la vuelta olímpica en su frente.

En general no fue un buen partido aunque, digno de una final, fue disputado de principio a fin. Cada uno intentó aprovechar sus armas. El Tigre tratando de entrar con pelota dominada y la Academia apelando al contragolpe rápido.

Ambos técnicos supieron leer bien lo que iba a proponer su rival y por eso las ocasiones claras de gol fueron escasas.

El primero en generar peligro fue Bolívar. Una jugada preparada en un tiro esquina permitió que Flores saque un remate que se fue pegado el palo derecho de paga. Incluso, tras el remate los y hinchas académicos gritaron el gol, pero la pelota rozó la red por lado externo.

El Tigre, en cambio, fue incapaz de generar jugadas de peligro. El  aurinegro lograba dominar el balón hasta tres cuartos de cancha, pero sintió, y en demasía, la ausencia de un delantero.

La única jugada de verdadero peligro que el equipo de Farías logró crear en todo el partido fue al promediar la primera hora del partido. Tras una buena jugada colectiva, Chumacero ingresó solo por la banda izquierda, pero desvió su remate.

El segundo tiempo, en cambio, fue aun mucho más equilibrado. El Tigre logró acomodarse mejor en la media cancha pero sin poder generar peligro en el arco de Dituro, más que con pelotas paradas.

Bolívar, en cambio, continuó apelando al contragolpe y, mediante esa vía, estuvo más cerca de abrir el marcador.

Prieto y Riquelme estuvieron cerca de vulnerar el arco atigrado, pero se encontraron con un inspirado Daniel Vaca.

Los últimos minutos fueron del Tigre, sobre todo gracias a jugadas de balón parado. Tres tiros de esquina consecutivos y un tiro libre trajeron zozobra al arco celeste, pero sin llegar a verdaderamente inquietar a Dituro.

Al final fue un empate justo que deja a Bolívar en el umbral de festejar un nuevo título y al Tigre con una incertidumbre de cara al futuro.