El color no importa en la toxicidad de escarabajos venenosos
Estos animales son capaces de sintetizar cantaridina, un veneno muy tóxico al que se le atribuyen propiedades medicinales e incluso afrodisiacas, lo que ha provocado muertes en los países donde vive esta familia.
La cantidad de veneno es la misma en todas las poblaciones de escarabajos 'aceitera', lo que demuestra que la coloración y la toxicidad habrían evolucionado por separado en esta especie.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han estudiado la cantidad de veneno presente en poblaciones de diferentes coloraciones de la especie de coleóptero 'Berberomeloe majalis', un escarabajo venenoso conocido comúnmente como 'aceitera'.
Estos coleópteros de la familia 'Meloidae', ampliamente distribuidos por la Península Ibérica, al igual que otros de la misma familia, son capaces de sintetizar cantaridina, un veneno muy tóxico al que se le atribuyen propiedades medicinales e incluso afrodisiacas, lo que ha provocado muertes en los países donde vive esta familia.
Dado que habitualmente el color rojo en los insectos indica que éstos son venenosos, los investigadores han querido comprobar si la coloración en esta especie ha evolucionado junto con la producción de veneno, de forma que las rayas rojas fueran una señal de advertencia para evitar el ataque de depredadores.
Para realizar la investigación, el equipo de científicos realizó un análisis de ADN de los individuos para describir las relaciones de parentesco de las poblaciones de la Península y así poder estimar el momento en el que desaparecieron las rayas rojas en los individuos. Según la investigadora Carolina Bravo, del MNCN-CSIC, la pérdida de las rayas se produjo hace menos de medio millón de años, lo que a su juicio es reciente en la escala de tiempo evolutivo. "Según los resultados, esto ha ocurrido de forma independiente en los grupos de la Península estudiados", aclara en un comunicado.