Según la Arthritis Foundation, la artritis reumatoide (AR) es una forma común de artritis que causa inflamación en el revestimiento de las articulaciones, causando calor, reducción en el rango de movimiento, hinchazón y dolor en la articulación.

La AR tiende a persistir durante muchos años, suele afectar diferentes articulaciones del cuerpo y puede causar daños en cartílagos, huesos, tendones y ligamentos de las articulaciones.

Fumar cigarrillos es un fuerte factor de riesgo para el desarrollo de artritis reumatoide, en particular en los individuos con el epítopo compartido, en los que multiplica la susceptibilidad entre 20 y 40 veces.

Según los especialistas, este factor puede ser aún más importante que la herencia genética: "muchos pacientes nos preguntan en el consultorio si la artritis reumatoidea es una enfermedad hereditaria que vayan a padecer inexorablemente sus hijos. La respuesta es no, no es así como funciona el sistema inmune", explica la doctora María Alicia Lazaro, médica reumatóloga y miembro del Comité Organizador del Congreso para Pacientes de la Sociedad Argentina de Reumatologia. "Alguien puede tener un gen que lo predisponga a desarrollar artritis, pero éste nunca activarse y la enfermedad no aparecer en toda la vida. Pero hoy sabemos que hay algunos factores del ambiente que aumentan significativamente el riesgo de que la enfermedad se presente", sostuvo.

Además, los médicos agregan que interviene más en el riesgo la duración del hábito de fumar que el número de cigarrillos fumados al día. Además de aumentar la susceptibilidad a la enfermedad, fumar es un factor de riesgo de enfermedad más avanzada, y al mismo tiempo aumenta las probabilidades de desarrollar cáncer, enfermedades pulmonares, ataques cardíacos y muchas otras condiciones que empeoran la calidad de vida, o directamente ponen la vida en riesgo.