La familia de Cristiano Ronaldo atraviesa momentos difíciles, después de conocerse que Jorge Aveiro, hermano de su madre, padece cáncer.

El tío del jugador estelar del Real Madrid precisa de un tratamiento oncológico y CR7 no ha dudado en pagarlo, pues su familiar no podía afrontarlo por sí mismo y ahora puede beneficiarse de la atención en un excelente hospital privado.

Además, otro gesto viene a demostrar el apego del aspirante a un quinto Balón de Oro por sus seres queridos: le ha invitado a dejar atrás su vivienda de toda la vida en la capital de la isla de Madeira, Funchal, para unirse al clan en la lujosa urbanización La Finca, ese búnker circundado por varios perímetros de vallas, seguridad privada, cámaras y alarmas en Pozuelo de Alarcón.

De esta forma, el espectacular delantero trata de aliviar a un hombre que se muestra hundido desde que ha recibido el diagnóstico de la terrible enfermedad. Al integrarlo en la casa madrileña, queda garantizado que no se sentirá solo y que podrá distraerse con el pequeño Cristianinho y, sobre todo, con los gemelos Eva y Mateo, nacidos todos fruto de un vientre de alquiler en Estados Unidos.

Prioridades

La armonía familiar es muy importante para Ronaldo, que procura mantenerla a toda costa. Su madre, Dolores, se erige como un pilar fundamental, de modo que él no escatima esfuerzos para que pueda sentirse lo más reconfortada posible y ejercer así el papel de madre «de facto» de sus niños mientras entrena en Valdebebas y, especialmente, juega los sucesivos partidos decisivos que el club del Bernabéu tiene por delante ahora que está a punto de arrancar la Champions League.

La obsesión por preservar su intimidad (y la de los suyos) hace que no se hayan filtrado detalles acerca del tipo de cáncer que sufre Jorge Aveiro. Lo que sí se comprueba, de acuerdo con algunos testimonios de sus allegados en Portugal, es que el tratamiento y la búsqueda de una solución se han convertido en un asunto prioritario para CR7.