El picante es bueno para la salud y protege de enfermedades
La medicina tradicional hindú tiene registros de hace 4 mil años de las propiedades terapéuticas del picante.
Pimienta, locotos, ajo, cebolla, pimentón, mostaza, jengibre, clavo de olor, curry y otros. Hay muchos alimentos que entregan al paladar este sabor que -según el milenario sistema ayurveda de medicina tradicional hindú- se suma a los cuatro gustos clásicos: dulce, ácido, salado y amargo, e incide notablemente en la salud humana: el picante.
De hecho, el propio Ayurveda, datado en alrededor de 4.000 años de antigüedad, ya atribuía entonces cualidades terapéuticas a ciertos alimentos picantes, como la cebolla, que decían que estimula el deseo sexual y alivia la fiebre, si se aplica externamente; el jengibre, que alivia la pesadez de estómago o el dolor de cabeza causado por la sinusitis; o la pimienta negra, que ayuda a reducir el tejido graso.
Frescos o secos, suaves o "explosivos", de uso diario o exóticos, los picantes están presentes en salsas, aderezos, guisos y una amplia variedad de platos y comidas de todo el mundo, haciendo las delicias de quienes no pueden vivir sin su particular gustillo, a menudo asociado con la pasión amorosa, el ardor vital o las experiencias y sensaciones intensas o subidas de tono.
Por algo el color con el que se los identifica, aunque no el único que los caracteriza, es el rojo, el mismo que el de la pasión.
El componente clave
Muchas de las cualidades que se le atribuyen a los picantes provienen de la capsaicina, el componente químico que estimula la sensación de picor o quemazón, conocida como estímulo térmico, cuando entrar en contacto con las sensibles membranas mucosas situadas en el interior de nuestra boca.