Hamilton gana y Rosberg abandona
Bottas acaba segundo, seguido de Ricciardo, mientras que Alonso concluye sexto tras un duro duelo ante Vettel
6 de julio (El País).- La carrera de Silverstone no decepcionó. El Gran Premio de Gran Bretaña volvió a ofrecer todo tipo de alicientes para concluir con una nueva victoria de Lewis Hamilton, que levantó a un público fiel que aupó a su ídolo, ahora pilotando un Mercedes. La marca alemana dio una nueva muestra de su superioridad y logró su octavo triunfo de la temporada en nueve carreras –sólo Ricciardo en Canadá rompió la hegemonía-. La victoria hubiera podido ser un doblete, si Nico Rosberg, líder hasta aquel momento, no se hubiera visto obligado a abandonar por un problema en la caja de cambios cuando se habían superado 29 vueltas. El alemán dejó la puerta abierta para que Valtery Bottas y Daniel Ricciardo se subieran al podio. Alonso concluyó sexto, tras ser adelantado en un duelo apasionante por Vettel. Ahora, Hamilton es segundo a cuatro puntos de Rosberg en la clasificación.
La carrera quedó marcada desde la primera vuelta. En la salida, Rosberg mantuvo la cabeza sin dificultad, mientras que Vettel perdía tres posiciones a favor de Button, Magnussen y Hamilton. Alonso avanzaba hasta la 14ª posición. Pero lo que trastocó la carrera fue el espectacular accidente que sufrió Kimi Raikkonen, que provocó la aparición del coche de seguridad y la bandera roja. Raikkonen se salió de la pista en la curva Aintree y cuando volvió a entrar se encontró con un desnivel descomunal que le dejó prácticamente sin contacto con la pista. Sus ruedas volaban y él perdió el control de su Ferrari, atravesó la pista, se llevó por delante a Felipe Massa y se estrelló contra las vallas protectores, con una de sus ruedas dando vueltas por la pista. El impacto produjo una presión de 47G, según fuentes de Ferrari. Lo que demuestra la seguridad de los monoplazas actuales.
Afortunadamente, Raikkonen pudo salir del coche por su propio pie y no hubo que lamentar daños personales. Pero la carrera se paró y así se mantuvo durante una hora, mientras se intentaba arreglar los desperfectos de la pista. Mientras tanto, algunos pilotos aprovecharon para arreglar desperfectos y otros, como Fernando Alonso, para cambiar neumáticos y pasar de duros –que penalizaban mucho- a blandos, lo que le supuso una ventaja importante.
La carrera se reanudó tras el coche de seguridad con una parrilla distinta de la inicial, respetando las posiciones que habían conseguido los pilotos en la primera vuelta. Por tanto, Rosberg y Button compartieron la primera línea, seguidos de Magnusen y Hamilton, Vettel y Hulkenberg. Alonso salió de la 14ª posición, compartiendo la séptima línea con Gutierrez. Massa y Raikkonen, obviamente, habían abandonado.
La reanudación deparó espectáculo. Nadie se conformaba con lo que tenía y especialmente los hombres que todavía luchan por las primeras posiciones de la clasificación del Mundial. Rosberg se consolidó en el liderato, perseguido por un Hamilton que en dos vueltas se comió a Magnussen y a Button sin excesivos problemas. Por detrás, Fernando Alonso realizaba una remontada espectacular aprovechando cualquier resorte que se le pusiera a tiro. Pasaba consecutivamente a Ricciardo, a Hulkenberg, a Magnussen, hasta alcanzar la quinta posición. Y fue en aquel momento cuando le anunciaron una sanción (stop and go) por haber colocado mal su coche en la primera parrilla de salida (había sobrepasado sus límites). El asturiano siguió en pista hasta que decidió cambiar neumáticos. Luego entró en el taller y sus mecánicos estuvieron cinco segundos parados antes de cambiarle las ruedas. Regresó en una ficticia 10ª posición, porque otros pilotos debían también cambiar neumáticos.
Sin embargo, lo que acabaría marcando el resultado final de la carrera fue una avería en la caja de cambios de Nico Rosberg que obligó al alemán a abandonar, en la 29ª vuelta. Entonces, sí. A partir de aquel momento, la carrera ya estaba decidida y tenía a Hamilton como gran triunfador. Lo que debía dirimirse eran las dos plazas restantes del podio. Bottas, con su Williams, era segundo con una ventaja de ocho segundos sobre Ricciardo. Y este le llevaba 10 a Button. Por detrás, se estableció un duelo a muerte entre Vettel y Alonso, luchando por la quinta posición.
El asturiano resistió las primeras embestidas, pero luego, con el DRS y neumáticos más nuevos, le acabó adelantando. El duelo fue de los que marcan una carrera. Duró alrededor de 10 vueltas, en las que Alonso fue aguantando los ataques del alemán. Al final, Vettel le pasó y se quejó de las estrategias del asturiano. Alonso se quejó también muy enfadado. “Si te saltas los límites de la pista tres veces seguidas –Vettel lo hizo-, alguna ventaja habrá sacado. Estábamos al límite de retirarnos o de seguir en carrera. Legal o ilegal, era inevitable que me avanzara. Red Bull está por delante de nosotros”, señaló el asturiano tras la carrera. “El coche no funcionaba. La batalla con Vettel fue bonita desde fuera, pero yo sabía que estaba al límite, porque dos vueltas antes del duelo me planteaba abandonar. Debemos mejorar”.