Brasil defiende su condición de anfitrión ante Chile en la apertura de los octavos
El equipo de Scolari todavía no sedujo a su exigente público y buscará seguir en su carrera al título. Los dirigidos por Sampaoli fueron muy sólidos de la primera fase y, en Belo Horizonte, quieren quebrar la mala racha que comenzó en 1998.
La Paz, 28 de junio (Infobae).- La selección de Brasil y la de Chile se enfrentarán en un clásico sudamericano en los octavos de final del Mundial Brasil 2014. Un duelo en el que el anfitrión necesita ganar y seducir a su público ante un rival que cotiza al alza tras su sólida actuación en la fase de grupos.
El estadio Mineirao de Belo Horizonte será el escenario del primer choque de octavos, un partido en la cúspide entre el equipo de Neymar, candidato natural al título, y el conjunto de Alexis Sánchez, que ya dejó en la cuneta a España y ahora busca escalar a cotas mayores.
Brasil encara el duelo con la obligación de ganar, convencer a su hinchada y demostrar que Neymar también puede ser decisivo ante defensas férreas y equipos que presionan en todo el campo, como es el caso de Chile.
Ante Chile, el técnico Luiz Felipe Scolari pretende ser fiel a su estilo, con un especial cuidado en el orden defensivo, e intentar dar un paso más en la evolución del juego, que en la fase de grupos no estuvo a la altura de lo que se espera del principal candidato al título.
En ataque mantendrá su esquema de los últimos partidos, con Fred fijo en el área contraria y dándole total libertad a Neymar, Hulk y Oscar. La única probable novedad en la alineación de Brasil será la titularidad de Fernandinho, centrocampista del Manchester City, en el lugar de Paulinho.
Tampoco causaría sorpresa si el entrenador coloca a Maicon en el lugar de Dani Alves, una variante que ha probado en los entrenamientos. Alves tiene a su favor que conoce muy bien a Alexis Sánchez, quien es su compañero de equipo en el Barcelona, pero en los tres primeros partidos de Brasil su banda fue la más frágil.
Chile llega al partido con el buen sabor de boca de los dos triunfos obtenidos en la fase de grupos, un balance positivo que sólo empañó la caída frente a Holanda. El técnico argentino Jorge Sampaoli trabajó estos últimos días en absoluto hermetismo para corregir los errores que provocaron la derrota.
Contra Brasil los jugadores chilenos esperan un partido más abierto y dinámico, pero no lucharán solamente contra los argumentos futbolísticos de Brasil, sino también contra la historia y la estadística: la Roja cayó a manos de los brasileños en octavos en los dos últimos mundiales en los que participaron (1998 y 2010).
Chile tratará de cambiar la historia sin grandes novedades en el equipo que ha sorprendido durante la primera fase del torneo. La principal duda de Sampaoli está en la defensa, donde se debate entre la posibilidad de jugar con una línea de tres o de cuatro.
La primera opción le dio buenos resultados contra España, pero suspendió ante Holanda, e implica reforzar el centro del campo y dejar a Arturo Vidal como mediapunta.
La otra alternativa, la que utilizó contra Australia, es el clásico 4-3-3, con los dos carrileros más atrasados, Vidal en el centro y Jorge Valdivia como falso nueve para mezclarse con los delanteros Eduardo Vargas y Alexis Sánchez.
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