Serie de artículos sobre la Nacionalización de Hidrocarburos
A continuación se presenta el título y la introducción a los 19 artículos que componen la serie "Para recuperar la memoria histórica", que se publicarán cada jueves en esta sección:
En silencio ha tenido que ser:
Para que salga el sol
“Te doy un consejo: ¡Obedezcan! Es lo mejor que pueden hacer”, se le dijo al gerente de una empresa petrolera aquel 1ro. de mayo del año 2006, cuando llamó al saber que uno de los campos que operaba su empresa estaba rodeado por efectivos militares. Al finalizar el día, todas las empresas petroleras seguían operando, acatando el Decreto de Nacionalización. Ni el ejército, ni los técnicos de YPFB, ni las brigadas internacionales de apoyo tuvieron que actuar. En la noche, el Presidente volvió a preguntar: “¿Ni una sola?”. La respuesta fue, “Ni una sola. Todas las empresas han acatado el Decreto”. Nos quedamos con las ganas. Habíamos ganado la primera batalla “sin disparar ni un tiro”.
Y así se redactó …
El Decreto de Nacionalización
“¿Alguien se opone?”, preguntó Evo. El silencio fue la respuesta de los asistentes a la reducida reunión. “¡Aprobado!!”, dijo Evo y cerró el tema. De esta manera quedó definido el famoso “82 – 18” y quedó terminado el texto del Decreto de Nacionalización. Inmediatamente después se definió la fecha y se revisó a detalle el operativo hacia el 1ro. de mayo. El texto había sido aprobado artículo por artículo y la redacción fue revisada a detalle en muchas reuniones. ¿Era posible mediante un Decreto recuperar la propiedad de toda la producción de hidrocarburos dejando sin efecto más de 80 contratos petroleros?, ¿era posible imponer un nuevo régimen en el sector, evitar arbitrajes internacionales y al mismo tiempo garantizar el total y pleno funcionamiento de toda la cadena de producción y comercialización?
Los contratos petroleros:
¿Dónde se redactaron?
El Decreto de Nacionalización impuso el nuevo régimen en el sector, pero era necesario, en nuevos contratos, establecer a detalle las condiciones de operación de las empresas petroleras y sobre todo el pago que iban a recibir por sus servicios. Después de firmados los nuevos contratos, algunos dijeron que eran muy buenos contratos y que habían sido redactados en Nueva York por un bufete internacional. Otros dijeron que eran pésimos contratos y que habían sido redactados por el equipo boliviano. ¿Dónde y quién redactó los contratos que fueron firmados por las petroleras a los 180 días?
En silencio dieron de su grandeza …
A los héroes …
Los mártires y los héroes de la Guerra del Gas (2003) abrieron con sangre el camino a la dignidad. Después, cuando la tarea era hacer cumplir el mandato del pueblo bajo la dirección del Presidente Evo, estuvieron en la trinchera otros héroes que la historia no ha reconocido pero que el pueblo tiene derecho a conocer. Fueron compañeros del “más alto nivel humano, del más alto nivel político y del más alto nivel técnico”, que en silencio hicieron posible la hazaña.
25 Vrs. 30:
Los equipos de negociación frente a frente
Un joven equipo de profesionales bolivianos conformó el equipo de negociación de los nuevos contratos petroleros; eran economistas, ingenieros petroleros, informáticos y abogados; su edad estaba entre los 24 y 32 años. El primer equipo de una empresa petrolera que se sentó frente a ellos para negociar, tenía también entre 25 y 30 años, pero no de edad, sino de experiencia de trabajo en el sector. … Sin embargo, a los 180 días, el joven equipo boliviano había logrado salir victorioso.
A nuestro juego nos llamaron:
¿Negociación técnica o política?
Más de 80 contratos petroleros a ser negociados, más de 10 empresas con las que negociar simultáneamente, en el plazo de 180 días. Las empresas, expertas en negociar contratos, encontraron una mesa de negociación y una actitud del equipo negociador boliviano absolutamente diferentes a las habituales. Sólo es posible salir victoriosos de esa situación con una clara estrategia para jugar 10 partidas de ajedrez simultáneas. Una empresa petrolera, que negoció seriamente sus contratos, tuvo que cambiar 4 veces a su equipo de negociación. La negociación finalmente se cerró cuando su equipo estaba dirigido por uno de sus Vice Presidentes a nivel mundial. En una negociación de este tipo hay mucho más que analizar que el VAN o la TIR.
Sabemos sumar pero:
“Dos más dos es igual a cinco”
Bajo la vieja perspectiva de las cosas, los primeros días de las negociaciones, algunas empresas petroleras intentaron explicar sus posiciones argumentando artículos de la Ley de Hidrocarburos vigente y sus reglamentos, y en “las buenas prácticas de la industria”. El equipo negociador boliviano, dejó claramente establecido que eso no le preocupaba en absoluto, porque “las leyes y los decretos, los hacemos nosotros los bolivianos y los cambiamos también, nosotros los bolivianos”. Y para terminar de rayar la cancha surgió la frase que puso punto final al tema: “Si los bolivianos queremos y necesitamos, sacamos un Decreto Supremo en el que se establezca, que en el sector de hidrocarburos en Bolivia, 2 + 2 será igual a 5. Y ustedes, las empresas, estarían obligadas a calcular de esa manera”.
Cuando no entiendes las palabras:
“Acatar” y “someterse”
El Decreto de Nacionalización señalaba que sólo podían seguir operando en el país las empresas que acataran inmediatamente sus disposiciones. No faltó la empresa que en su primera reunión de negociación y en su primera intervención señaló que se reservaba el derecho de recurrir a un arbitraje internacional en caso de no llegar a un acuerdo sobre los nuevos contratos. El equipo boliviano pidió que la posición expresada por la empresa fuera entregada oficialmente por escrito de inmediato; le recordó que en cuanto hiciera eso, en aplicación del Decreto de Nacionalización sus campos y plantas serían inmediatamente tomadas por YPFB y el Ejército. Dicho esto, el equipo boliviano dejó la sala de reunión. Nunca llegó la carta y a ninguna otra empresa petrolera se le ocurrió volver a cometer el mismo error. ¿No le teníamos miedo a un arbitraje internacional? En absoluto, el tema había sido rigurosamente trabajado antes de la emisión del Decreto de Nacionalización.
Cada cosa en su lugar:
¿Una negociación de igual a igual?
De buena fe, un representante de una de las empresas petroleras señaló en una reunión general previa a las negociaciones bilaterales, que esperaba que las negociaciones se realicen en un marco de respeto mutuo, de “igual a igual”. El equipo boliviano respondió que estaba de acuerdo con lo del respeto mutuo, pero aclaró que no iban a ser negociaciones de “igual a igual”. En Bolivia mandan el pueblo y el gobierno de Bolivia, se les aclaró, y se les dijo que las empresas petroleras serían informadas de las condiciones que ponía el gobierno de Bolivia para la firma de los nuevos contratos y que lo que cabía por parte de las empresas, era solamente decidir si aceptan o no esas condiciones. “No somos iguales; aquí mandamos nosotros; y ustedes, después del Decreto de Nacionalización, son sólo empresas prestadoras de servicios”, se les dijo.
Cuando te subestiman tienes …
Una ventaja estratégica
Un equipo de alegres y juguetones jóvenes, bajo la dirección de un “político” que “no sabía del sector” ni tenía experiencia “de gobierno” … y todos ellos bajo el mando absoluto del primer Presidente “Indio” de Bolivia … Era hasta lógico que las empresas petroleras nos subestimaran; y muchas de ellas nos subestimaron hasta el último día, el día en el que tuvieron que rendirse y firmar los nuevos contratos. Pero bien hace el que aprende de sus errores: “Agradecemos al gobierno de Bolivia por habernos respetado y haber puesto a la mesa de negociación a su mejor equipo, lástima que nuestro equipo no estuvo a su altura. Son los contratos más duros del mundo, y aceptamos firmarlos”. Esas fueron las palabras de un alto directivo mundial de una de las cinco empresas más grandes del mundo que negoció y firmó los nuevos contratos en Bolivia.
Y tuvo que nacer el modelo …
“El Ch´iti”, también llamado “el Junior”
Después de dejar claras las condiciones fundamentales de los nuevos contratos, las empresas petroleras recibieron una explicación del modelo de cálculo del pago a las empresas por los servicios que iban a prestar al Estado boliviano. Después de dos o tres semanas, ante sus inagotables consultas y la evidencia de que no lograban comprender adecuadamente el mecanismo, el equipo boliviano les entregó un modelo sencillo, para que pudieran comprender mejor la forma de cálculo. Se les dijo: “este modelo es la versión pequeña, simplificada, de nuestro modelo de cálculo y proyección del comportamiento económico que tendrán los campos, y por tanto del pago que recibirán por sus servicios … es el Junior, para que puedan entender mejor”. Los irreverentes, alegres y juguetones jóvenes profesionales bolivianos habían generado un Modelo y mecanismos de cálculo de altísimo nivel. En las negociaciones, el equipo boliviano podía cambiar cualquiera de los cientos de variables del Modelo y proyectar en cuestión de segundos el comportamiento de 30 o 40 años de cada campo. La mayoría de empresas, para analizar nuestras propuestas, usaba … “el Junior”.
Cuando apuestas al lado equivocado:
“No van a tener tiempo ni de leer el contrato que van a firmar”
Varias empresas buscaron “negociar” por otras vías. En esos meses se dieron cientos de “contactos”, “mensajes”, “ofertas” y “contra ofertas”, “acuerdos” y todo tipo de reuniones “secretas”, “oficiales” y “semioficiales”. Apostaron al lado equivocado, pero “donde manda capitán no manda marinero” dice la frase. No faltó una de las empresas (no de las pequeñas por cierto), que tuvo que hacer llegar a La Paz sus equipos de abogados y economistas en la mañana del último día. Cuando entraban en fila india a las oficinas de YPFB, un miembro del equipo boliviano les preguntó: “¿Pará qué los han hecho venir? Si no van a tener tiempo ni de leer el contrato que van a firmar”. Otra empresa (pequeña por cierto), que también apostó al lado equivocado y que no había negociado absolutamente nada, unas horas antes del plazo final, respetuosamente pidió una copia del contrato que iba a firmar.
El último disparo:
“Se ha dado la orden de tomar tus campos”
Se dice que en un grupo, en este caso de empresas petroleras, nunca falta el que no entiende las cosas hasta el final. Pues no faltó la empresa que a último momento, hasta 5 minutos antes de la hora fatal 23:59:59, no se resignaba a aceptar las condiciones bolivianas. Cuando todo el equipo de negociación salía de las oficinas de YPFB, rumbo al salón donde se estaba iniciando el acto público de firma de los últimos contratos, el gerente de esa empresa estaba parado en la puerta del ascensor. Al pasar, el responsable del equipo boliviano de negociación le dijo: “Se ha dado la orden de tomar tus campos”. El responsable no esperó respuesta y siguió camino. Antes de que terminen de sonar las doce campanadas, llegó la llamada de esa empresa preguntando si “todavía podía firmar” sus contratos. Llegaron al acto “con el Jesús en la boca”, como diría una abuelita.
Nuevos precios y nuevos mercados
No se cayó el mundo
Se amenazó al pueblo y al gobierno de Bolivia, en sentido de que si se emitía el Decreto de Nacionalización se “iba a caer el mundo”, que Bolivia sería bloqueada internacionalmente, que se cerrarían los mercados y se paralizarían las operaciones petroleras. Se lanzó el Decreto y … a los pocos días Evo estaba en Europa en una Cumbre Mundial explicando las razones y alcances de la medida adoptada, y … a los pocos meses se concretó el contrato de venta de gas a la Argentina … ¡ a precios más altos!!!! En febrero del año 2007 subió también el precio de nuestro gas al Brasil. Después de la nacionalización, no se cayó el mundo, dejamos de ser “mendigos”.
“No han nacionalizado ni un alfiler”
Es que no nos interesan los alfileres
Después de completada la firma de los nuevos contratos petroleros se afirmó que no se había nacionalizado “ni un alfiler” y que la nacionalización fue una estafa. La respuesta en aquel tiempo fue que por cierto, no nos interesaba “nacionalizar ningún alfiler”. A 10 años de la emisión del Decreto, se puede explicar que la nacionalización boliviana se llevó adelante con claras definiciones conceptuales basadas en la economía política desarrollada por Marx: Sobre el valor de los recursos naturales, las relaciones sociales de producción, las relaciones sociales de distribución y poder, y la propiedad de los medios de producción.
YPFB define la producción y la inversión de las petroleras
“¿En serio?”
Varios meses después de la firma de los nuevos contratos petroleros, algún gerente de empresa petrolera recién llegado, en una reunión amplia dijo que nadie le iba a obligar a invertir “su” capital si no quería hacerlo. La respuesta del equipo boliviano fue algo así: “Nadie te va a obligar a invertir “tu” capital, pero si no inviertes lo que decide el gobierno, agarras tus maletas y te vas de Bolivia. Por cierto, eso está firmado por tu empresa en los Contratos de Operación”. Otro gerente señaló en tono educado, “eso no es tan así”. La respuesta boliviana fue, “está en la Cláusula 7.12 de los Contratos firmados”. Todos los delegados de las empresas buscaron de inmediato en celulares, computadoras y papeles la mencionada cláusula. Uno de ellos empezó a leerla en voz alta y … luego de una pequeña explicación, el silencio se adueñó de la sala. Para cerrar el tema el equipo boliviano dijo: “YPFB tiene el sartén por el mango”.
Sobre los costos recuperables y
El Salario Mínimo Vital con Escala Móvil
Por diestra y por siniestra, después de firmados los nuevos contratos petroleros se dijo de todo sobre los “costos recuperables”. Lo que no se pudo explicar en ese momento es que con los nuevos contratos, las empresas petroleras convertidas en empresas prestadoras de servicios, recibían un pago por sus servicios, igual que un obrero, con la diferencia de que el Estado Boliviano había decidido darles un “salario mínimo vital” a través de los costos recuperables y una “escala móvil” a través del cálculo establecido en el Anexo F de los contratos, una especie de “bono” si hacían bien su trabajo. En las reuniones oficiales de negociación de los contratos, las empresas fueron informadas textualmente que recibirían “un salario mínimo vital con escala móvil”. Sin duda, la mayoría de ellas pensó que se trataba de una broma.
Unos reciben las condecoraciones …
Otros asumen la responsabilidad
En medio del apoyo ciudadano a la nacionalización y el asombro general porque se habían logrado firmar los nuevos contratos petroleros, no faltaron los que estaban “listos para la foto” y sonrientes recibieron hasta condecoraciones. Pero cuando empezaron los ataques, cuando se empezaron a oír los primeros disparos, levantaron las manos y dijeron “yo no sabía nada”, “yo no fui”. Por otro lado, el equipo de negociación asumió la responsabilidad, fue atacado arteramente, fue difamado y calumniado, y hasta fue enjuiciado.
Había que escribir la historia …
A mano alzada y sin permiso
La historia tiene sus caminos, el pueblo escribió con sangre esta historia y la vida nos puso en un lugar de la trinchera. La realidad abrió paso a los sueños y las utopías, por eso podíamos y debíamos escribir la historia a mano alzada y sin permiso. Cumplimos nuestro rol de soldados del proceso histórico. ¿Se pudo hacer mejor? Sin duda alguna, pero también tenemos la certeza de que pusimos absolutamente todo en la batalla. Desde aquellos ya lejanos años en que parecía que un “puñado de locos” se oponía a la “capitalización”, se fue forjando la estrategia y se fue abriendo la brecha. Ni la Guerra del Gas, ni el Referéndum sobre el Gas, ni la Ley de hidrocarburos 3058, fueron casualidades históricas.