La Paz, 18 de noviembre (Oxígeno).- Las conclusiones a las que se llegó en el Foro Climático del Oeste de Sudamérica indican que la zona de los valles y del oriente serán las dos regiones bolivianas que más sufrirán la arremetida del fenómeno de El Niño.

El foro organizado por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (Ciifen) contó con la participación de los expertos en clima.

Los especialistas fueron delegados por los servicios meteorológicos nacionales de Bolivia (Senamhi), la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam), Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) del Ecuador,  el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), y la Institución adscrita al Ministerio del Poder Popular para el Ambiente. República Bolivariana de Venezuela (Imameh).

Según las conclusiones a las que se llegó en este encuentro, el escenario más probable es que los niveles de precipitación se mantengan sobre lo normal en las regiones del Chapare y gran parte de llanos orientales bolivianos.

“Que se mantengan sobre lo normal quiere decir que van a presentar mayores precipitaciones fluviales que en el promedio de los últimos 10 años”, explicó el director del Senamhi boliviano, Luis Noriega.

Asimismo, se estableció que el escenario más probable es que los niveles de precipitación se mantengan bajo lo normal en la región del Chaco y parte del altiplano.

Por otra parte, según los expertos, el déficit y exceso de precipitaciones provocaría impactos en cinco sectores específicos (agropecuario, agua, desastres, salud y energía).

“En la mayor parte de la región, el escenario más probable en términos de la temperatura media del aire, es que continúe sobre lo normal, excepto en la zona sur-austral de Chile”, indicó Noriega.

El mencionado foro llegó a la conclusión que el fenómeno de El Niño podría catalogarse entre los cuatro más intensos de los últimos 60 años.

De acuerdo a los pronósticos globales, el evento podría alcanzar su máximo nivel en el transcurso del trimestre noviembre, diciembre y enero (2015-2016).

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