29 de octubre (Oxígeno).- The Strongest ganó, pero nada más. Demostró un juego intermitente - con un nivel que no está cerca del que demostró en los partidos de la primera ronda- que ya no convence a su hinchada y que, a la larga, puede costarle caro.

Ayer, el Tigre no jugó un buen partido. No encontró los espacios para hacer daño a su rival y, en gran parte del partido, cedió la iniciativa.

Fue por ello que las primeras jugadas de peligro fue para el conjunto visitante. Primero gracias a Vogliotti, que quedó solo frente a vaca gracias a un buen pase de Gabriel Ríos, que aprovechó un error de cálculo de Pereyra. Pero el delantero argentino no pudo eludir a Vaca- que manoteó el balón en el suelo- y desperdició la oportunidad.

Tres minutos después, Gabriel Ríos, nuevamente, quedó sólo frente a Daniel Vaca, pero su remate fue bien despejado por el arquero atigrado.

Después, el Tigre empezó a tener el dominio del balón, pero sin profundidad. Parecía que los jugadores del local querían hacer el tercer gol antes del primero y por eso también carecieron de  precisión.

Recién en el minuto 37, Th Strongest pudo marcar el primero. Raúl Castro entró por la banda derecha, eludió la marcación de dos jugadores y pasó el balón a Pablo Escobar, que estaba sólo en el punto del penal.

Y Escobar definió con clase. Abrió la cara externa de su pie izquierda y con un toque suave y al ras del piso venció la resistencia de Galindo.

El segundo tiempo empezó con el mismo libreo con el que terminó la primera parte. The Strongest tenía el dominio del balón, pero no lograba engranar jugadas en conjunto que pueda derribar la defensa tarijeña.

Por lo que los primeros 20 minutos del complemento transcurrieron sin riesgos para ninguno de los dos arcos.

Pero, precisamente, a los 20 minutos de la etapa complementaria llegó el empate de Ciclón. Nuevamente el Tigre sufrió en pelotas aéreas y tras un tiro de esquina, Vigliotti cabeceó y marcó la igualdad.

A partir de ahí, el Tigre fue presa de sus nervios. La ansiedad se apoderó de sus jugadores y el partido se le hizo cuesta arriba.

A pesar de ello, el tigre tuvo dos ocasiones claras. Primero Alejandro Chumacero, tras una jugada individual, eludió a tres defensas y quedó sólo frente al arco, pero su remate salió desviado.

Luego, Escobar también quedó solo frente a Galindo, pero tardó en sacar el remate y un defensa logró enviar el balón al córner.

Fue precisamente de un tiro de esquina que llegó el gol salvador para el Tigre. Escobar tiró el centro desde la banda derecha, Pereyra cabeceó el balón que fue bien desviado por Rodrigo Ramallo para dejar totalmente descolocado al arquero visitante.

Después, los jugadores del equipo local se dedicaron a cuidar el dominio del balón y así llegó el final del encuentro.

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