Santa Cruz, 25 de agosto (Oxígeno).- El Gobierno restó importancia, el martes, a las declaraciones del militar Germán Cardona que denunció el lunes que el presidente Evo Morales habría ordenado su retractación sobre denuncias vertidas sobre el caso Terrorismo.

El ministro de Gobierno, Carlos Romero  calificó de “incoherente” a Cardona y afirmó que el Gobierno no tiene ningún tipo de injerencia en la relación que tiene el militar con estamentos de las Fuerzas Armadas y menos en las investigaciones para esclarecer la formación de una célula terrorista, encabezada por el húngaro boliviano Eduardo Rozsa, y desarticulada en marzo de 2008.

“Si el Gobierno lo hubiera querido presionar, lo hubiera detenido en el momento que ha ingresado en el territorio nacional, lo hubiera aislado, no lo hubiera dejado declarar. Este señor es protagonista en los medios dice algo y luego se retracta y dice otras cosas”, explicó Romero.

Cardona denunció en abril que las armas encontradas en el stand de Cotas, tras la desarticulación de una supuesta facción terrorista, fueron sacadas de los depósitos de la Octava División del Ejército y que “fueron implantadas por órdenes de autoridades del Gobierno para incriminar a líderes cívicos de Santa Cruz”.

Posteriormente, huyó del país y se fue a España, donde tenía asilo político; sin embargo, por razones de salud volvió en julio de 2015, y tras recuperarse, leyó una carta en el que se retractaba de sus denuncias anteriores, pedía perdón y señalaba que sus declaraciones eran mentiras.

El anterior lunes, de forma sorpresiva dijo que dicha retractación fue obligada a través de una orden del presidente Evo Morales, todas estas declaraciones fueron minimizadas por autoridades de Gobierno que tampoco anunciaron ninguna acción legal contra el militar.

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